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Es considerado el patrono del pueblo, pero desapareció de la iglesia que lleva su nombre en el departamento colombiano de Bolívar, corregimiento de San Nepomuceno, hace más de 20 años sin dejar rastros.
Se trata nada más ni nada menos que de San Cayetano, famoso santo popularmente vinculado a las fervientes oraciones por pan y al trabajo.
Ningún habitante de este pueblo colombiano puede olvidar el día de la triste noticia en que se enteraron de que el santo ya no estaba más entre ellos.
Una de las primeras testigos de la ausencia fue la profesora Lilia Romero, una mujer popularmente conocida como la “seño” y que se ha hecho famosa por su dedicación y su labor de docencia.
“Nunca me imagino sin mis alumnos. Si no fuera por ellos no sé qué sería de mi. Murió mi mamá, mi papá, varias de mis hermanas. Falleció mi esposo hace como siete años. Tuve dos hijos, ya están grandes. Pero yo me refugio en mis niños son mi mejor ayuda espiritual. El pago es muy malo, pero eso aveces ni me importa, porque Dios me encomendó esta tarea. Me dio este don, y tengo que ponerlo en práctica. Algún día Dios me preguntará por este don, y si lo dejo, qué le voy a responder?”, declaró en alguna oportunidad a El Universal.
Precisamente, este medio colombiano es el que se encarga de recordar la historia del día en que San Cayetano desapareció de la Iglesia. La propia “seño”, fiel devota del santo, fue avisada de que algo extraño había sucedido en la iglesia y cuando llegó al lugar constató que las puertas de la parroquia habían sido forzadas y que lo único que faltaba era el santo.
Entre las diversas versiones que surgieron de forma inmediata fueron dos las que tuvieron más eco: “o fueron creyentes obsesionados que se apoderaron de la imagen, o, por el contrario, fueron incrédulos que no soportaron la devoción del pueblo hacia ese santo”, reproduce El Universal.
“Muchos dicen que se lo robaron para tenerlo en otra parte y otros que se lo llevaron para venderlo, porque era una imagen muy antigua, creemos que es de la época de la colonia, que lo trajeron los españoles. Esa imagen tenía muchos años, yo tengo 60 años cumplidos y ya esa imagen de San Cayetano existía desde hacía tiempo, me contaban mis papás, desde antes de que construyeran la iglesia”, relata a ese medio Reinado Villalba, otro fiel devoto de San Cayetano.
Lo cierto es que el robo sucedido un 20 de diciembre de 1997, además de generar consternación, se dio en medio de un profundo silencio, sin señales extrañas y hasta el día de hoy –pasaron más de 20 años- el hecho sigue siendo un verdadero misterio.
Sin embargo, a pesar de todo, lo que reina es la esperanza de que algún día aparecerá. “Se lo llevaron, quedó el pueblo triste… ¡Yo sí tengo fe de que aparecerá!”, exclama la “seño”.
Los milagros de San Cayetano
De la imagen solo hay una fotografía que es la que está colgada en las paredes del templo. Actualmente, se venera una imagen donado por unos navegantes, quienes le atribuyen a San Cayetano haberse salvado de un naufragio.
“Estaban viajando y cuando el barco se hundía, le pidieron a San Cayetano que los salvara y así ocurrió. A raíz de eso, ellos prometieron donar una imagen en el pueblo que encontraran con su nombre, y llegaron acá y nos regalaron la que tenemos ahora, pero eso fue antes de que se robaran el otro. En su momento teníamos las dos imágenes en la iglesia, pero el viejito era el que sacábamos en la procesión”, cuenta Lilia.
A este relato se le suman otras tantas historias de fe y devoción llenas de referencias a milagros atribuidos al santo. Desde personas que consiguieron trabajo gracias a su intercesión hasta la bendición de la lluvia en épocas de sequía.
Todo esto no hace más que confirmar que mientras aquella histórica imagen siga sin aparecer, la presencia de San Cayetano sigue más viva que nunca en ese pequeño pueblo colombiano y ninguno de sus habitantes dejará de rezarle.
Con información en base a El Universal de Cartagena