Una exposición sobre el oro y otras artes de lujo
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Para nadie es un secreto que los pueblos de la antigüedad prehispánica en América, especialmente los del Perú y los de México, trabajaban el oro y otros materiales preciosos, con un enorme sentido de la estética, aunque su concepción de la estética no fuera la misma que la de los conquistadores europeos.
Este años, sin embargo, se ha conformado la mayor exposición internacional en préstamos, que examina y exhibe lo que han llamado sus curadores como “el poder luminoso de las artes de lujo en la América antigua”
Se trata de la exhibición “Golden Kingdoms: Luxury and Legacy in the Ancient Americas” (“Reinos Dorados: lujo y legado de las Américas Antiguas”), actualmente en el Getty Center y en The Metropolitan Museum of Art de Nueva York.
La muestra cuenta con 300 obras de 50 prestamistas internacionales, provenientes de Perú, Panamá, Costa Rica, Guatemala y México. La Secretaría de Cultura de México a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia, realizó el préstamo de 92 piezas prehispánicas, que constituyen casi una tercera parte de la colección que integra esta exhibición.
La exposición traza el desarrollo del trabajo del oro y otras artes de lujo en la América antigua desde antes de Cristo hasta la llegada de los europeos a principios del siglo XVI. En ella se exploran las condiciones históricas, culturales, sociales y políticas bajo las cuales las artes de lujo fueron producidas y circuladas, junto con sus significados religiosos y funciones rituales.
Nueva comprensión del arte prehispánico
Hay que recordar que en la América antigua, los artistas y sus mecenas seleccionaban materiales para las artes de lujo que podían provocar una fuerte respuesta (a nivel perceptual, sensorial y conceptual) y transportar al portador y al observador más allá de lo mundano.
“A través de la exposición, buscamos crear una nueva comprensión del arte americano antiguo, explorar temáticamente las ideas indígenas de valor, y brindar una idea más clara del esplendor de los artistas americanos antiguos y de su legado”, expresó Kim Richter, curadora del programa e investigadora especializada sénior del Instituto de Investigación Getty.
En efecto, en la antigüedad prehispánica, los materiales seleccionados para ornamentos o vasijas ceremoniales, no lo eran por su “valor de mercado”, sino por la capacidad de expresar signos y símbolos de culturas altamente contextualizadas (es decir, culturas rituales).
Poseedoras de grandes cantidades de oro y plata, las civilizaciones de los mexicas o aztecas, los mixtecos, los zapotecos, los mayas y los incas utilizaron estos metales, principalmente, para el ritual y las galas, en lugar de convertirse en herramientas, armas o moneda.
Se sabe que el oro estaba reservado para los equivalentes occidentales de deidades, reyes y reinas, y estaba estrechamente asociado con el reino sobrenatural. Se utilizaba para expresar estatus social, poder político y creencias religiosas.
Otro modelo de riqueza
Pero, en términos de valor, en muchas ocasiones eran más valiosos que el oro, el jade, la turquesa, las conchas o las plumas de quetzal para expresar ideas artísticas, de lujo o de estatus social. Los mayas valoraban el jade, los incas las conchas coloridas (*spondylus*) y los mexicas las plumas, por ejemplo.
La exposición “estimulará nuevas formas de pensar sobre los materiales, el lujo y las artes visuales desde una perspectiva global”, dijo Timothy Potts, director del neoyorquino J. Paul Getty Museum, quien agregó que “mientras que el trabajo en oro (…) es ampliamente conocido, los visitantes quedarán hipnotizados por los objetos de piedra, plumas, caparazones y textiles que los americanos antiguos valoraron incluso más que el oro”.
Algo importante que muestra esta exhibición es cómo se dio el intercambio artístico de materiales e ideas a través del tiempo y el lugar, sin restricciones por las fronteras nacionales como se estila hoy.
Estas obras artísticas son los supervivientes del arte de lujo de la antigua América, engastadas en los versos del gran poeta texcocano Netzahualcóyotl:
Soy rico,
yo, el señor Nezahualcóyotl.
Reúno el collar,
los anchos plumajes de quetzal,
por experiencia conozco los jades,
¡son los príncipes amigos!
Me fijo en sus rostros,
por todas partes águilas y tigres,
por experiencia conozco los jades,
las ajorcas preciosas…