La presencia de la Iglesia en la Muestra Internacional de Arquitectura sigue la línea marcada por el papa Francisco y sus predecesores; encontrar nuevos signos-símbolos para transmisión de la Palabra
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La Santa Sede por primera vez participará en la 16ª Exposición Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, Italia con un pabellón llamado “Vatican Chapels” .
El cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, presentó este martes 20 de marzo en el Vaticano el proyecto del pabellón de la Santa Sede.
El lugar expositivo está compuesto por diez capillas diseñadas por los españoles Eva Prats y Ricardo Flores, la brasileña Carla Juacaba o el chileno Smiljan Radic, entre otros artistas e instaladas en el bosque de una de las islas de la laguna de Venecia.
Las capillas “en el culto cristiano son verdaderos templos, aunque en menor medida que las catedrales, basílicas e iglesias. En ellas se insertan dos componentes fundamentales de la liturgia, el ambón (o púlpito) y el altar, es decir, las expresiones de la Palabra y la Eucarística”, explicó Ravasi.
El objetivo del Vaticano es favorecer el diálogo “entre el arte y la fe, dos mundos que en el pasado estuvieron unidos” y que se volvieron extraños a partir del siglo pasado, indicó el cardenal Ravasi.
La Santa Sede presenta las capillas como “una especie de peregrinación no sólo religiosa, sino también laica, conducida por todos aquellos que quieren descubrir la belleza, el silencio, la voz interior y trascendente, la fraternidad humana”.
Para Ravasi, el emblema de la Muestra es la “Capilla en el bosque,” del arquitecto sueco Gunnar Asplund, que a través de sus diseños, casi a distancia de un siglo (1920), recuerda la “constante búsqueda de la humanidad de lo sagrado dentro del horizonte espacial de la naturaleza en que vivimos”.
Precisamente, para representar la universalidad de la Iglesia a la isla de San Giorgio, una de las islas de Venecia, que queda al este de la Giudecca y al sur del principal grupo de islas, han llegado arquitectos provenientes de orígenes y experiencias, diversas (desde América Latina, Europa a Asia- Japón).
No obstante, este ingreso de la Santa Sede en la Bienal de Venecia, Ravasi recordó que ya tiene un antecedente. “Ya en 2013 y 2015, la Santa Sede había entrado con un pabellón suyo en dos ediciones de la Bienal de Arte proponiendo un mensaje “primordial” confiado “In principio” de las mismas Escrituras judeo-cristianas”.
Esta primera entrada de la Iglesia Católica en la Bienal de Arquitectura de Venecia se lleva a cabo bajo el pontificado del Papa Francisco.
En la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, que era una especie de manifiesto programático en el inicio de su ministerio petrino (24 de noviembre de 2013), quiso renovar una trayectoria clásica en el cristianismo, la llamada via pulchritudinis, es decir la belleza como forma religiosa, consciente de la aserción de San Agustín según la cual “no amamos sino lo bello” (De Musica VI, 13, 38)”.
Concretamente, Ravasi explicó que el Papa hace hincapié en “el uso de las artes en su tarea evangelizadora, en continuidad con la riqueza del pasado, pero también en la vastedad de sus múltiples expresiones actuales, en orden a transmitir la fe en un nuevo ‘lenguaje parabólico” .
El Papa Francisco concluye así:” Hay que atreverse a encontrar los nuevos signos, los nuevos símbolos, una nueva carne para la transmisión de la Palabra, las formas diversas de belleza que se valoran en diferentes ámbitos culturales, e incluso aquellos modos no convencionales de belleza, que pueden ser poco significativos para los evangelizadores, pero que se han vuelto particularmente atractivos para otros. “.
El Papa invita a que la Iglesia se atreva a encontrar nuevos signos-símbolos, una nueva carne para la transmisión de la Palabra, en las formas diversas de belleza.