Da pisadas pequeñas, pero firmes para lograr tus sueños.
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Era una niña cuando escuché esta maravillosa frase: “Si las cosas que valen la pena fueran fáciles cualquiera las haría”. Era la voz de Anthony Quinn compartiendo una sabia filosofía de vida y que he procurado seguir hasta el día de hoy. Y es que en esta vida nada llega fácil. Y si fácil llega, fácil se irá.
Entonces lo mejor es trabajar el día a día, con paciencia y perseverancia, teniendo los ojos y el corazón bien puestos en la meta que deseamos alcanzar. Y no solo eso. También vale la pena disfrutar el proceso, el camino que nos toque andar. Así podremos saborear el éxito.
El éxito no se logra ipso-facto. Para cumplir nuestros sueños toca picar piedra. Por eso es importante incorporar a nuestras vidas hábitos básicos y sencillas rutinas que nos ayudarán día a día a conquistar nuestros anhelos.
- Levántate a diario a la misma hora. La fortaleza espiritual comienza desde que suena esa arma.
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- Haz lo que has previsto hacer. No procrastines. No hables tanto y actúa.
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- Ponte metas y dales seguimiento. Crea un plan de vida para ti. Es decir, planifica todo lo que quieres hacer los próximos meses. Eso te ayudará a saber lo que debes hacer, cuándo hacerlas y el tiempo a invertir hasta terminarlas y lograrlas.
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- Sé veraz y no mientas nunca. El peor castigo de un mentiroso no es que no le crean los demás, sino que él mismo será incapaz de creer confiar en otros. No hay mentira pequeña y el peligro de decirlas es que se pueden convertir en un mal hábito.
- Ten un diario y escribe mínimo una vez al día. Desahoga tus sentimientos, ideas y revisa cómo andas.
- Escribe un propósito diario en forma presente, positiva y primera persona. Dilo en voz alta. “Hoy estoy en paz”.
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- Ten vida social. Date tiempo para las amistades cercanas. Recuerda que la idea no es llegar al éxito solo, sino tener con quien compartirlo.
- Sal de la rutina. Juega, diviértete, ríe. Sal de vacaciones sin pensar en nada más que disfrutar. ¡Saca a tu niño interior!
- Acércate a personas de distintas edades y ábrete a aprender de ellas.
- Haz ejercicio. Lo que sea, pero hazlo rutinariamente.
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- Practica un hobby. Lo que más te apasione, ¡hazlo! Todos tenemos algo que nos fascina y que podríamos hacer toda la vida sin que nos paguen.
- Rodéate sabiamente de personas que sean mejores que tú, a las que admires y que representen eso que deseas en tu futuro.
- Duerme y descansa mínimo 8 horas. Procura ir a la cama a la misma hora.
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- Come sano, inteligente. Todo lo que comas tendrá repercusión.
- Comparte tu sabiduría. No dejes solo para ti todo lo que sabes. Regálalo al mundo.
- Sirve. Cómo sea, en lo que sea, pero sirve… Si no sirves ¿de qué sirves?
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- Lee. Que tu mejor amigo tenga portada de buen libro. Capacítate a diario para mejorar como persona. Recuerda que el alma también se alimenta por la lectura.
- Come siempre acompañado. Comparte con alguien más. Todos tienen una historia digna de ser conocida y de la que puedes aprender.
- Ten momentos de silencio. Calla tu ruido interior haz respiraciones profundas.
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- “Dress for success”. Vístete para el éxito. Te sentirás más confiado si te presentas con “tu mejor yo”.
- Sé creativo y optimista. ¿Cómo lograrías ponerle luz a un día gris?
- Cuida tu vida espiritual. Es muy importante que hagas oración, medites y reflexiones para agradecer -a Dios- e integrar de forma idónea las lecciones aprendidas.
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En esta vida todo lo bueno que esté impregnado de bondad, belleza y verdad vale la pena conquistarlo. No existe sueño pequeño. Incluso, aquello que tiene cara de fracaso es bueno porque si no conseguimos lo que anhelábamos, mínimo obtuvimos experiencia y esta no se obtiene más que viviendo, experimentando.