“Hay un cambio en ellas al momento de relacionarse, sigue habiendo problemas, pero se sintieron tocadas por Dios”Sin duda el mensaje que caló y emocionó a todos durante la visita del papa Francisco a Chile fue el que dio en el Centro Penitenciario Femenino (CPF) de San Joaquín. 400 mujeres, algunas con sus hijos pequeños de no más de dos años de edad, lo esperaban con alegría y esperanza.
La visita del Papa a esta cárcel, donde la población penal supera las 1.200 mujeres, “fue un momento de gracia y muy esperanzador, porque se ponía en el centro de la vida de todos, tanto en Chile como en el mundo, a estas mujeres que han sido excluidas durante toda su vida”, dice la Hermana Lourdes, de las Franciscanas Misioneras de María y que pertenece a la pastoral penitenciaria en una entrevista a Radio María Chile.
Los más de 45 minutos que el Papa estuvo en el centro penitenciario permitieron visibilizar la situación de las mujeres en la cárcel, incluso para las más altas autoridades del país. Por ejemplo, se dio a conocer que las madres que dan a luz a sus hijos en la cárcel pueden estar con ellas hasta los dos años de vida.
A las mujeres privadas de libertad, recordar la visita del Papa por la cárcel las emociona, reconocen que “algo” ocurrió en sus vidas. La hermana Lourdes comenta “hay un cambio en ellas al momento de relacionarse, sigue habiendo problemas, pero se sintieron tocadas por Dios”.
“Ser privado de la libertad no es lo mismo que estar privado de la dignidad. No, no es lo mismo. La dignidad no se toca a nadie, se cuida se custodia, se acaricia. Nadie puede ser privado de la dignidad y ustedes están privadas de la libertad”, dijo en su momento el papa Francisco a las mujeres en el CPF.
Aún resuena en los chilenos, católicos o no, la necesidad de no olvidarse de que el otro por ser hijo de Dios es digno.