El Pontífice preside misa en la Basílica Vaticano en la que participan los Misioneros de la Misericordia
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El Papa Francisco ha pedido a 550 sacerdotes, Misioneros de la Misericordia, de evitar protagonismos, dar la primacía a Dios y llevar la misericordia a los cinco continentes, como la forma más eficaz de contrarrestar la acción del Maligno. Lo hizo durante su homilía en el altar de la Cátedra, en la Basílica Vaticana este martes 10 de abril de 2018.
La “Iglesia como el mundo de hoy tienen una necesidad particular de Misericordia porque la unidad deseada por Dios en Cristo prevalece sobre la acción negativa del Maligno que aprovecha muchos medios actuales, en sí mismos buenos, pero que, mal utilizados, en cambio de unir dividen”.
La Misericordia vence las divisiones
Antes las divisiones, el Papa reiteró su convencimiento de que “la unidad es superior al conflicto” (Evangelii gaudium, 228)”. Pero, también sabemos que sin Misericordia este principio no tiene la fuerza de ser implementado en el concreto de la vida y de la historia.
Asimismo, ha pedido a los sacerdotes misioneros de la misericordia de tener atención: “no se trata de convertirse en sacerdotes “enfrascados”, como si fueran depositarios de un carisma extraordinario.
El sacerdote equilibrado
No. Sacerdotes ordinarios, sencillos, gentiles, equilibrados, pero capaces de dejarse regenerar constantemente por el Espíritu, dóciles a su fuerza, interiormente libres, sobre todo por sí mismos, porque son movidos por el “viento” del Espíritu que sopla donde quiere (Jn 3, 8)”, expresó.
“El Evangelio recuerda que aquellos que están llamados a dar testimonio de la Resurrección de Cristo deben, en primera persona, “nacer de nuevo desde arriba” (Jn 3, 7)”.
De otra manera, se termina siendo como “Nicodemo que, a pesar de ser un maestro en Israel, no entendió las palabras de Jesús”.
La lógica del Evangelio no es la del mundo
En la lógica de la Misericordia, los “pequeños son grandes, aquellos que se vuelven últimos son los primeros, aquellos que se reconocen enfermos son sanados”.
“Esto significa realmente dejar la primacía al Padre, a Jesús y al Espíritu Santo en nuestra vida”. En este sentido, les instó a ser sencillos, gentiles y capaces de ser modelos del Espíritu.
El servicio comunitario
El Obispo de Roma con paramentos blancos, instó a los Misioneros de la Misericordia de animar el servicio comunitario. Les pidió: “ser sacerdotes capaces de “elevar” en el “desierto” del mundo el signo de la salvación.
“En particular, me gustaría hacer hincapié en que el Señor que murió y resucitó es la fuerza que crea la comunión en la Iglesia y, a través de la Iglesia, en toda la humanidad”, agregó.
El modelo de los primeros cristianos
Rememoró como los primeros discípulos crearon comunión compartiendo los bienes de forma “concreta”, de modo que “todo era común entre ellos” (v. Ibíd.)
Un estilo de vida “contagioso”: “la presencia viva del Señor resucitado produce una fuerza de atracción que, a través del testimonio de la Iglesia y de las diversas formas de proclamación de la Buena Nueva, tiende a alcanzar a todos, nadie está excluido”.
El Papa les confirmó la alegría de volverlos a llamar para llevar adelante el ministerio de la Misericordia, un ministerio dinámico. Les instó a renacer siempre en Dios y con el amor de Dios. La renovación que luego ellos llevan a los demás del signo de Jesús “resucitado”.
El Papa renueva la misión
El Papa encontró a los Misioneros de la Misericordia esta mañana, antes de la misa, en una audiencia privada en la Sala Regia del Palacio Apostólico. Se trata del segundo encuentro del Papa con los sacerdotes, organizado del 8 al 11 de abril por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Entretanto, consideró apropiado prologar por un tiempo más la labor de los misioneros de la Misericordia, especialmente, por el bien que han ofrecido a muchos creyentes a través de la predicación y el sacramento de la Reconciliación. La labor inició durante el pasado jubileo (8 diciembre 2015 – 20 noviembre 2016).