El local se volvió uno de los puntos turísticos más buscados de la República Checa
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Con los huesos de alrededor de 60.000 esqueletos dispuestos artísticamente a lo largo de sus paredes y techos, el Osario de Sedlec, en la República Checa, ofrece al visitante un recuerdo muy sutil de que “eres polvo y al polvo volverás”.
La capilla empezó a ornamentarse con huesos en 1278. La tradición dice que el abad del monasterio cisterciense en Sedlec viajó a Tierra Santa y trajo un poco de tierra del lugar donde Jesús fue crucificado. La noticia de que él habría esparcido la tierra sagrada en el cementerio local pronto se difundió y todo el mundo quería enterrar a sus seres queridos en Sedlec.
A mediados del siglo XIV, el pequeño cementerio tuvo que expandirse para acomodar a 30 mil víctimas de la Muerte Negra. Y otros 10.000 cuerpos fueron enterrados en el cementerio como resultado de las Guerras Husitas.
Ya en 1400, fue construida una nueva iglesia gótica en el terreno de la abadía, y su capilla subterránea fue usada como osario para almacenar los restos mortales. La leyenda dice que un monje casi ciego recuperó su visión tras apilar decenas de miles de huesos y cráneos dentro y fuera de la iglesia.
Las osamentas permanecieron allá hasta 1784, cuando el emperador austríaco Josef II revocó el estatus religioso del monasterio de Sedlec y vendió el local a la familia aristocrática Schwarzenberg, que lo transformó en una fábrica de tabaco (la empresa Philip Morris aún es dueña de la fábrica, de acuerdo con la publicación “Catholic Insight“).
Fue cuando el osario de Sedlec se transformó en el monumento inolvidable que es hoy. En 1870, los Schwarzenberg contrataron al pedrero František Rint para crear un memorial único para las personas, cuyos restos mortales estaban apilados en el suelo.
El resultado es una exposición sorprendente, que atrae a más de 200 mil visitantes al año, volviéndose uno de los destinos turísticos más populares de la República Checa.
Después de pintar los huesos uniformemente de blanco, Rint creó un candelabro en el centro de la nave (que contiene muestras de todos los huesos del cuerpo humano), un escudo de los Schwarzenberg, pirámides óseas, custodias, cálices gigantes y candelabros – todos hechos de huesos humanos.
La capilla está abierta diariamente al público, que también está invitado a participar en una gira nocturna a la luz de las velas. El paseo incluye una visita a la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora y San Juan Bautista, la catedral más antigua de Europa Central.