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¿Cómo se enfrentan nuestros hijos al fracaso?

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María Verónica Degwitz - publicado el 19/04/18
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Un estudio reciente afirma que dejar que nuestros hijos experimenten las emociones negativas de sus fracasos los ayuda a ser mejores

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Ver a nuestros hijos fracasar es difícil para todo padre. Y lo primero que queremos hacer es remover los sentimientos de tristeza, decepción y rabia que esto produce.

Frases como: “No te sientas mal”, o “No pienses en eso” o incluso distraerlos con otras actividades son los mecanismos que utilizamos para alejarlos de ese desagradable estado emocional.

Sin embargo, un reciente estudio afirma que, dejar que las personas experimenten las emociones que produce el fracaso, los motiva a mejorar y a aprender.

El estudio titulado Las emociones saben más: la ventaja de las respuestas emocionales frente a las cognitivas ante el fracaso ha sido liderado por Noelle Nelson, Selin Malkoc y Baba Shiv de la Universidad de Ohio, se concentra en observar la diferencia entre las respuestas emocionales y las cognitivas frente al fracaso.

La mayoría de las teorías afirman que las personas no deberían sentirse mal por sus errores, sin embargo, en el estudio se comprobó que las personas que se permiten reflexionar a partir de las emociones negativas que le produce el fracaso, están más motivadas a hacerlo mejor y a lograr sus objetivos en futuras oportunidades.

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CC0

Para el estudio buscaron a 100 estudiantes y les ordenaron realizar una búsqueda sencilla de internet, arreglando los resultados para que todos fracasaran. A la mitad de estos estudiantes les pidieron que se concentraran en sus emociones mientras que a la otra mitad les pidieron que reflexionaran desde su racionalidad.

En una siguiente búsqueda se determinó que los estudiantes que habían reflexionado sobre su fracaso desde sus emociones negativas estaban más motivados a hacerlo mejor, mientras que los estudiantes que habían racionalizado su fracaso no tenían esa motivación, ya que internamente habían culpado a otros.

“Si tus pensamientos son acerca de cómo distanciarte del fracaso, no vas a aprender de tus errores”, dijo Malkoc. Pero “cuando los participantes se centraron en lo mal que se sentían por haber fallado la primera vez, intentaron más que otros cuando tuvieron otra oportunidad similar”.

El consejo de Malkoc es claro: debemos aprovechar el dolor emocional de fallar. Reflexionar sobre ello, y usarlo puede ayudarnos a hacerlo mejor la próxima vez.

“Las respuestas emocionales al fracaso pueden doler. Te hacen sentir mal. Es por eso que las personas a menudo eligen pensar pensamientos autoprotectores después de cometer errores “, dijo.

“Pero si te centras en lo mal que te sientes, vas a trabajar más duro para encontrar una solución y estar seguro de no volver a cometer el mismo error”.

Así que la próxima vez que tengamos la urgencia de comprar un helado cuando nuestro hijo fracase, o de decirle que no se sienta mal, pensémoslo dos veces.

Nuestra labor como padres es acompañar a nuestros hijos en sus triunfos y en sus fracasos, y ojalá entendamos que salvarlos de esas emociones negativas puede ser lo mejor para nosotros, pero ellos deben aprender a sentirlas, a reconocerlas y a reflexionar sobre ellas, para que los ayuden a ser cada vez mejores.

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