Veamos las diferentes perspectivas a partir de las cuales es posible profundizar el concepto de ética y ver la utilidad y necesidad que estos principios tienen en nuestra vida personal y social
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Es necesario aclarar antes de nada los diferentes significados que el término “ética” puede asumir dentro del debate moderno. Surgen de este término, si se mira con atención, diferentes significados según el nivel elegido y la perspectiva adoptada.
1. Ética como institución
La finalidad de la ética como institución social normativa es realizar vínculos a los deseos de las personas para garantizar el nivel de cooperación social necesario a la supervivencia, el bienestar o la autorrealización de los miembros de la sociedad.
2. Ética y derecho
Esta finalidad general de la ética se acerca a la otra gran institución social normativa, el derecho. De esta última se diferencia, al menos por los siguientes motivos: el derecho es válido para los ciudadanos de un determinado territorio y otorga una pena a que no lo cumpla. En el derecho solo el juez está autorizado a aplicar la ley y emitir la sentencia. La norma jurídica es respetada por los ciudadanos por miedo a las sanciones.
La ética sin embargo es universal, no está ligada a un territorio; su no cumplimiento no conlleva una sanción y no hay una autoridad que la haga aplicar.
3. Ética y moral
Son ambos términos actuales. A diferencia del pasado, hoy son utilizados como sinónimos: ethos y mores designan en efecto un mismo objeto: el hábito y la costumbre.
La ética es vista sobre todo a nivel de principio mientras que la moral refleja sobre todo las convicciones personales.
En la moral, todos – y no solo los expertos de la moral – pueden aprobar o desaprobar. Sin embargo la reflexión de ética puede ser descriptiva, normativa o aplicada. Es decir, describe los comportamientos, las normas o se centra sobre todo en la aplicación de las teorías.
4. Universalidad del juicio moral
La conducta moral debe resultar justificable desde un punto de vista universal.
En esta expresión está condensada todo. Primero, el sentido de la “regla aurea”: “no hagas a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti”, o “ama al prójimo como a ti mismo”). Por otro lado, aquel que invita a “ponerse en lugar del otro”: la justificación de un principio ético no puede ser satisfecha en términos de intereses parciales y sectoriales, egoístas, étnicos, raciales, sexuales, de especie, etc…
Desde un punto de vista moral es irrelevante que el beneficiario de una cierta acción sea yo, tú, nuestra raza (o etnia, o especie), y desventurados los otros y quienes a nuestro grupo no pertenecen. Lo que cuenta en la moral es propiamente la posibilidad de trascender intereses de grupos y facciones.
Breves reflexiones que nos recuerdan que el bien personal y el bien común están relacionados entre sí. No podemos desarrollar uno excluyendo el otro.
El bien y el desarrollo de nuestra sociedad será sostenible si nuestro bien personal es sostenible y para ello el buen comportamiento de cada ser human será siempre una condición indispensable para garantizar un futuro de desarrollo para nosotros y las generaciones venideras