Intenso debate en las redes sociales después de que una madre indicara a su hijo que no tiene por qué compartir sus cosas si no quiere
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Es una escena que los que somos padres vivimos todos los días, ya sea en el parque, en la casa o en cualquier sitio. Niños pequeños peleando por un juguete, un dulce o cualquier cosa que uno de ellos tenga.
La mayoría de las veces tratamos de explicarles que hay que compartir, y tratamos de resolver el problema con justicia.
Pero una madre envió un mensaje en Facebook a su comunidad y se volvió viral: “Mi hijo no tiene que compartir si no quiere”
Alanya Kolberg llevó a su hijo al parque como cualquier otro día, pero llevó tres juguetes muy atractivos para otros niños. Al llegar todos se le acercaron para pedirle que compartiera sus juguetes y su madre viendo la reacción de su hijo le dijo: “Solo dije que no, no tienes que compartir si no quieres”.
Los niños se quejaron de su comportamiento pero la madre no cedió. En su post explica que, así como no se espera que un adulto comparta su sándwich si algunas personas vienen a pedírselo, pues su hijo tampoco tiene que compartir sus juguetes con desconocidos si no lo desea.
Ella afirma en su post que es muy importante enseñar a nuestros hijos a decir no y a establecer límites que los demás deben respetar.
“Tan pronto como llegamos al parque, Carson fue abordado por, al menos, 6 niños a la vez que le exigían que compartiese su Transformer, su figura de Minecraft y su camión. Él estaba visiblemente abrumado y los agarraba contra su pecho cuando los niños se acercaron. Él me miró. ‘Puedes decirles que no, Carson’, le dije. ‘Dí no. No tienes que decir nada más’.
Por supuesto, en cuanto dijo que no, los niños corrieron a decirme que no estaba compartiendo. ‘No tiene por qué compartir con vosotros’, les contesté. ‘Ha dicho que no. Si quiere compartir, lo hará’. Eso hizo que otros padres me miraran mal. Pero esto es lo que pienso: Si yo, una adulta, fuera al parque con un sandwich, ¿tengo la obligación de compartirlo con desconocidos? ¡No! ¿Podría cualquier adulto bien educado, un desconocido, intentar agarrar el sandwich y tendría derecho a enfadarse si lo apartara? De nuevo, no.
El polémico mensaje de Kolberg ha despertado respuestas de todo tipo en su post de Facebook. Mientras muchos la aplauden y dicen que no está bien obligar a los niños a compartir, otros critican la dureza de su mensaje y afirman que es necesario que los niños aprendan a pensar en los demás y a vivir en comunidad.
El tema tiene bastantes aristas, y no es tan fácil de resolver. Por un lado, es importante aclarar que para ejercer una virtud se requiere de voluntad, y eso es lo que debemos fortalecer en nuestros hijos si deseamos que sean virtuosos.
De nada sirve obligar a un niño a ser leal, generoso o sincero. Debemos fortalecer su voluntad para que él quiera hacerlo.
También sabemos que, antes de los 4 años, el mundo del niño es autoreferente, es decir, tiene poca capacidad para compartir porque su visión de la realidad todavía no incluye a los demás (sus sentimientos, sus necesidades, etc.)
Esto no quiere decir que no podemos modelar conductas generosas en nuestros niños pequeños, solo que debemos entender que todavía no están lo suficientemente maduros para comprenderlas del todo.
Es vital respetar los gustos y deseos de los niños, pero tampoco debemos valorarlo como lo más importante: si un niño no desea tomarse la medicina, o no quiere ir al colegio, no dejaríamos que se saliera con la suya, porque sabemos qué es lo que más le conviene para su bien.
Debemos entonces saber equilibrar el gusto del niño con su formación y con su capacidad de convivir con los demás. Podríamos animarlo a llevar un juguete para él y algunos para compartir, o podríamos respetar sus tiempos y animarlo a compartir cuando haya terminado de usarlo.
También debemos enseñar a nuestros hijos a respetar las posesiones de los demás, hacerles entender que compartir es un acto de voluntad, y que, si su amigo en ese momento no puede o quiere compartir su juguete, pues él debe entenderlo y no ponerse bravo ni intimidarlo.
Ser generosos implica no solo compartir las posesiones, sino también el saber pensar en los demás y entender y respetar las decisiones de nuestros pares.
No podemos olvidar que, así como debemos enseñarlos a decir no, y a hacer respetar sus límites, también debemos enseñarlos a pensar en los demás y a preocuparse por ellos.
En algunos casos podemos enseñar las dos cosas al mismo tiempo y lograremos que nuestros hijos sepan cuidarse a sí mismos y sepan también ser generosos.