Por qué debes empezar ya a leer en voz alta a tus hijos
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
La familia que lee unida, crece, aprende y sueña unida. Y todavía más si es en voz alta. Así podríamos resumir las ventajas, que según destacan los expertos en pediatría y psicología infantil, nos aporta la lectura en voz alta a nuestros hijos desde la cuna, e incluso desde antes, ya que nuestros bebés también nos escuchan desde que están en el vientre.
Te puede interesar:
Desde el vientre y con amor: “Gracias por cada sonido, mamá”
Cuentacuentos, lectura interpretada… leer a los niños en voz alta no sólo estimula su creatividad sino que también fomenta nuestro vínculo familiar, pues convierte a los padres y hermanos en esos narradores a través de los cuales los hijos descubren el mundo. O, ¿no os pasa que consideráis de la familia al locutor de radio que escucháis cada mañana?
Leer en grupo es una experiencia social, sin la presión de tener que aprender o memorizar. Es un momento compartido de comunicación familiar, de disfrute conjunto. Los pediatras lo tienen claro: el vínculo familiar crece porque se desarrolla la escucha, la observación del lenguaje verbal y no verbal, la imaginación, la creatividad y la confianza. Permite que el niño se sienta parte activa: puede preguntar, interactuar…
Lo que se aprende en casa
Un estudio de la Academia Americana de Pediatría señala que “leer regularmente a los hijos en voz alta estimula el desarrollo de su cerebro y estrecha el vínculo paterno-filial”. Además, incide el estudio, esta lectura ayuda al desarrollo del lenguaje del niño así como a modelar su comportamiento socio-emocional.
Te puede interesar:
5 clásicos de la literatura infantil que no pueden faltar en la estantería de tus hijos
Y es que para los niños, las voces de sus padres son calmantes, les aportan seguridad y por ello, escuchar de ellos historias y cuentos les permite descubrir el ancho mundo desde el colchón familiar, lo que en el futuro les ayudará a enfrentar situaciones complejas con más calma y seguridad.
La imitación y el gusto por la lectura
Recordemos además que los niños aprenden por imitación, si ven leer a los padres, si les escuchan leer, adquirirán el gusto por la lectura. No sólo eso: también el respeto por la cultura y el afán de saber y conocer, lo que incide en sus resultados académicos futuros.
Desde la OCDE, que elabora el informe PISA, se destaca, por ejemplo, cómo inciden en estos resultados el número de libros que el niño tiene en casa. Es decir, la biblioteca de los padres. A mayor biblioteca, mejores resultados.
La literatura ayuda en el desarrollo del lenguaje y mejora la autoestima y la creatividad y qué mejor que hacerlo junto a los padres. Por ello, los expertos recomiendan una lectura lúdica y nunca por obligación.
Además , adaptar las lecturas a las edades de los niños y que la lectura sea siempre interpretada: con los tonos de voz correctos, respetando las pausas… Así se ayuda a evocar imágenes en los niños, a ampliar su nivel de comprensión y su léxico.
De hecho, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria recomienda leer a los niños ya escolarizado cuentos en voz alta en verano para que no pierdan lo aprendido durante el curso.
Y fuera de casa: las ‘bebetecas’
También podemos encontrar actividades fuera de casa, como los cuentacuentos y las llamadas ‘bebetecas’, espacios dedicados a bebés de 0 a 3 años en algunas bibliotecas para que nuestros hijos se vayan familiarizando con los libros.
En muchas, organizan actividades de lectura en voz alta, combinándolas con canciones y otros juegos relacionados con los libros para padres e hijos. Además ofrecen sugerencias de lecturas y nos invitan a que practiquemos en casa.
Desde el Consorcio Europeo para la promoción de la lectura EURead recomiendan leer a los niños en voz alta al menos 15 minutos cada día. El cuento por la noche, un extracto de un libro en el sofá, una breve historieta en cualquier momento….
En definitiva, la lectura en voz alta nos refuerza como familia, nos convierte en transmisores de saber y en ejemplo a seguir. Por eso, fuera tecnología un rato y a disfrutar de los libros. ¿Qué mejor regalo para nuestros hijos?