Considerado como uno de los artistas visuales de más impacto juvenil en el mundo, Oscar Olivares le confesó a Aleteia que su obra cambió tras las protestas contra el gobierno de Maduro que acabaron con la vida de su amigo Pernalete. Ahora es también conferencista y transmite el optimismo de una mejor Venezuela
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Con 22 años de edad es uno de los artistas visuales e ilustradores venezolanos de mayor proyección e impacto en todo el planeta. Su obra está dedicada mayoritariamente a exaltar la Venezuela emprendedora, positiva y posible, de la mano los con valores éticos y morales que en principio le cultivaron su familia y los colegios católicos donde inició su formación.
El atractivo de las devociones marianas por él plasmadas en un país de profundo arraigo religioso hizo su labor cada vez más mediática y viral, apuntalada más tarde por el nacionalismo del que impregnó sus ilustraciones. Algo que adquirió más fuerza cuando “retrató” el sentimiento de la mayoría de la población en un grito de libertad contra la acciones represoras del Gobierno.
El asesinato de su amigo Juan Pernalete durante las protestas contra Nicolás Maduro le cambió la vida… Y le dio un giro de 180 grados a su obra. Aquel muchacho desencadenaría en parte la reacción de la hasta ese momento pro-oficialista Fiscal General de la República, quien saldría en su defensa tras aquella conmovedora muerte.
La amistad con ese jovencito que según su plasmada lista de deseos: soñaba con “conocer mejor a Dios” y que se entrenaba “para ser jugador de la NBA”, le cambió la vida, haciéndole ver con otra óptica el anhelo de una Venezuela libre… de una “mejor Venezuela”.
Las principales exposiciones del mundo le abrieron las puertas de par en par y la crítica especializada no ha parado de elogiar su trabajo. Su obra ha sido expuesta en: Miami (EEUU), Bogotá (Colombia), Houston (EEUU), Panamá (Panamá), Denver (EEUU), Madrid (España), Pescara (Italia), Santo Domingo (República Dominicana) y Kuala Lumpur (Malasia), mientras en paralelo ha sido acogida en eventos de talla mundial como el ArtExpo New York y la Florida Supercon.
El joven talento ha sido reconocido además con diversos distinciones internacionales como el Premio Iberoamericano de Emprendimiento Online 2015 y el Premio Mara de Oro 2017. En la actualidad hay obras con su firma en al menos 22 países de todo el planeta. Algo que adquiere particular relevancia si se tiene en cuenta que ocurre mientras Venezuela, su país de origen, sufre la peor crisis humanitaria de su historia.
Esto fue lo que dijo Oscar Olivares en entrevista con Aleteia:
–¿Qué le motiva a ilustrar de forma tan particular a Venezuela?
-Una de mis principales motivaciones es mostrar a Venezuela y a su gente más allá de lo que vemos día a día. Para ver los problemas y todo lo que nos está agobiando, simplemente tienes que salir a la calle. Hay muchos artistas denunciando esta situación por medio del arte, así que yo he buscado transformar mis obras en una motivación para los venezolanos.
-¿Qué es lo que anhela mostrar?
-Mostrar los motivos que tenemos para luchar por una mejor Venezuela. Mostrar el país que podemos construir todos nosotros. Mostrar una Venezuela que depende de los talentos de todos los venezolanos; depende de cada uno de nosotros. Por eso en mis ilustraciones, el Sol es una arepa: porque está hecho, justamente, como se hace una arepa: con las manos de las personas. Así mismo, creo que la luz está en las manos de la gente…
-Es muy común ver sus imágenes con un frecuente enfoque mariano. ¿Cuál es la advocación de la Virgen María que más le cautiva?
-Ciertamente, he tenido un gran enfoque en imágenes marianas; aunque más que religiosas, elijo decir: espirituales, por cuanto creo que trascienden. Siento que el arte nace del alma del artista. Y todo lo que a uno le conecta con Dios es parte de su inspiración natural.
En mi caso tengo particular devoción por la Divina Pastora (Patrona de Barquisimeto, en el estado Lara – que congrega cada 14 de enero la tercera procesión más grande del mundo, después de Fátima y Guadalupe).
Siento que en esencia (la devoción por la Virgen) es parte de la vida del venezolano y de lo que me gusta plasmar, pues siempre busco mostrar la luz que hay en Venezuela, y ello es parte fundamental de esa luz.
-¿Influencias del catolicismo?
-Estudié en un colegio católico. Soy católico. Pero he estado abierto a conocer acerca de la cultura occidental y oriental en lo que respecta a la espiritualidad y sus corrientes, teniendo como enfoque principal a Jesús y todas sus enseñanzas, porque me parece que son sumamente importantes.
Mis trabajos siempre van dedicados a Dios, creador del Universo, quien toca el corazón de cada uno de nosotros. Y con Él podemos alcanzar cada meta y cada objetivo; en ese aspecto, pienso que los milagros dependen también de nosotros.
-¿Qué espera lograr en Venezuela con su trabajo, actualmente expuesto en más de veinte países?
-Espero llevar a nuestra sociedad venezolana en un gran despertar de conciencia porque siento que buscamos un cambio en nuestro país, pero nos cuesta cambiar en nuestro interior, nos cuesta despertar y ver todas las cosas que hay a nuestro alrededor. Y eso también es lo que he estado buscando.
-¿Qué es lo que más le conmueve… lo que le ha hecho llorar?
-Realmente, para mí, en momentos tensos, en momentos difíciles… es inevitable no expresarse, dibujar sobre lo que pasa en Venezuela; siempre que ocurre algo… El año pasado, en las protestas la muerte de mi amigo Juan Pablo Pernalete, esto me sacudió completamente, me hizo ver todas las protestas de una forma distinta, todos los caídos de una forma distinta. La muerte, la vida, todo lo vi de una forma diferente. Y cuando cambia la vida de una artista, también cambia su obra, cambia su forma de expresarse.
-¿Cómo ha sido poder llevar su trabajo a otras fronteras culturalmente distantes de Venezuela?
-He tenido la oportunidad de mostrarle a personas de otros países que muchas personas conozcan a Venezuela por primera vez, principalmente en Malasia, donde musulmanes, hindúes y personas de muchas otras culturas y religiones se impactaban con una historia tan criolla, tan venezolanas como la nuestra.
Fueron trabajos que les hicieron probar por primera vez la arepa y nos hicieron constatar algo realmente increíble: que el arte no tiene fronteras. Que la arepa ya no une solo a los venezolanos, sino a culturas y formas de pensar.
–Un arte que llega…
-Es algo realmente algo muy importante para mí, porque el arte no tiene idioma; es un lenguaje que trasciende y que llega al alma de todas las personas. Es una responsabilidad muy grande. Por eso tengo especial cuidado y cariño en todo lo que plasmo en mis obras, y en lo que busco comunicar con ellas.
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