¡Cuántos aspectos positivos nos puede aportar la vida del campo!Después de 35 años en la ciudad, una amiga mía decidió mudarse al pueblo a finales del años pasado. Lo conoce bien, puesto que de pequeña vivió ahí. Ha de ser un poco sorprendente -al menos al principio- no disponer de metro ni de una propuesta amplia de cultura y ocio ni de supermercados…
Sin embargo, a mi amiga no parece importarle demasiado la pérdida (teniendo en cuenta además que por internet hoy se puede conseguir casi todo). En cambio, en estos 5 meses de vida en el campo, ha podido explicarme algunas de las ventajas que ha encontrado (y que no son pasajeras). Son más bien reflexiones (ver galería), que pueden ayudar a muchas personas a plantearse qué estilo de vida prefieren tomar:
Mi amiga no sabe cuánto tiempo va a residir en el campo, pero el estilo de vida que propone atrae como para quedarse allí definitivamente. Para quien esto le parezca ahora algo sugerente, les recomiendo dos lecturas: “Laudato Sì” del Papa Francisco y “Mi familia y otros animales” de Gerald Durrel.
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