“Gracias a las víctimas, por su perseverancia y su valentía”, dicen los obispos de Chile en una declaración conjunta tras su reunión en el Vaticano con el Pontífice “Todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros”, declaran los obispos chilenos que se reunieron con el Papa en Roma del 14 al 17 de mayo 2018 para “discernir” sobre los abusos de poder, de conciencia y sexuales cometidos por clérigos en contra de niños y jóvenes.
El comunicado de prensa fue dado a conocer, hoy en Roma, por los voceros de los 31 obispos en función y 3 eméritos: Monseñor Juan Ignacio González, Obispo de San Bernardo y monseñor Fernando Ramos, Obispo auxiliar de Santiago, Secretario de la Conferencia Episcopal de Chile.
Señalaron que fueron tres días de “encuentros y de muchas horas dedicadas a la meditación y a la oración”, siguiendo las indicaciones del Papa Francisco.
En efecto, anoche se filtró el duro documento que el Papa había preparado previo al encuentro.
“Queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al Papa, al Pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones”, expresan los obispos en el comunicado leído en la sala Pío X de la Ciudad del Vaticano por Fernando Ramos.
Además de agradecer al Papa por su escucha atenta y paterna, agradecieron al obispo de Malta, monseñor Charles J. Scicluna y al sacerdote Jordi Bertomeu “por su dedicación pastoral y personal, así como por el esfuerzo invertido en las últimas semanas para intentar sanar las heridas de la sociedad y de la Iglesia de nuestro país”.
En el aula resonaron palabras inéditas: “Gracias a las víctimas, por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial. Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando en el camino de la curación y cicatrización de las heridas”.
Renuncia en bloque
Además, anunciaron que “todos los obispos presentes en Roma” han puesto sus cargos en las manos del Papa.
“Nos ponemos en camino, sabiendo que estos días de honesto diálogo han sido un hito dentro de un proceso de cambio profundo, conducido por el Papa Francisco. En comunión con él, queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado, para reimpulsar la misión profética de la Iglesia en Chile, cuyo centro siempre debió estar en Cristo”, abundan.
En unas aclaraciones que leyó monseñor Fernando Ramos a la prensa, los obispos confirman que el Papa les leyó un documento en el que “expresaba sus conclusiones y reflexiones en torno al informe de monseñor Scicluna por su visita a Chile” en febrero.
En el texto se indican con claridad una “serie de hechos absolutamente reprobables que han que han ocurrido en la Iglesia chilena en relación a los inaceptables abusos (…) y que han llevado a que ella haya disminuido el vigor profético que la caracterizaba”.
En las reuniones de esta semana, “cada obispo pude expresar su reacción, opinión y visión, sobre lo señalado por el Papa”.
Entretanto, manifiestan que presentaron “varias sugerencias de medidas a adoptar para enfrentar esta gran crisis, así como también fue madurando la idea de que, para estar en mayor sintonía con la voluntad del Santo Padre era conveniente declarar nuestra más absoluta disponibilidad para poner nuestros cargos pastorales en las manos del Papa”.
Los obispos informan que la decisión fue “colegial y solidario”, para asumir – no sin dolor – los graves hechos ocurridos y para que el Santo Padre pudiera, libremente disponer de todos nosotros”.
El Papa recibió ayer la iniciativa de los obispos. “Así él podrá, en las siguientes semanas, decidir si acepta o rechaza lo que hemos señalado”. Hasta ese momento, ellos “continuarán en sus trabajos pastorales y en plenas funciones”.
La renuncia en bloque y la toma de posición clara ante el dolor de las víctimas representan un cambio de ruta ante el mal manejo de los casos de abusos.