La mítica final de Wimbledon contada desde la personalidad de ambos tenistas
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Este globo que nunca se rompe que es la vida, esa camisa estrecha de forcejeos incómodos que son los pensamientos, ese deseo de ir por una línea dibujada manteniendo el pulso, ese pulso que cuanto más firme y sujeto más tiembla. Tensión, stress, obligación y lucha.
Todo eso es esta película concentrada en dos raquetas de tenis que se enfrentarán en un partido mítico: dos hombres buscando la misma perfección pero por caminos distintos. Dos hombres, Borg y McEnroe, que aparentemente eran a ojos del público que los vivió, tan distintos como el agua y el aceite. El tenista sueco es la frialdad y el cálculo, la perfección milimétrica. El estadounidense la pasión desenfrenada y la ambición sin ambages.
La película narra los previos de la final mítica de Wimbledon. Borg podía conseguir lo inaudito hasta el momento: cinco títulos consecutivos allí. McEnroe era la desvergonzada ambición de un joven arrollador tan bocazas en sus palabras como genial en algunos de sus puntos.
Pero la final que van a disputar es sólo el pistoletazo (pero nunca una excusa) que la película usa para tratar la vida y la personalidad de ambos tenistas de modo muy inteligente: son sólo aparentemente dos personajes contrapuestos. Porque el sueco es un volcán que ha aprendido a controlarse y porque el americano busca una belleza en el juego.
Es una película bien hecha, tratada y condimentada en su justa medida: sabe dar con la paradoja de ambos jugadores, sabe mostrar sus similitudes en sus diferencias y sabe unir lo que al público de ese partido se le escapa y al espectador de la cinta le cautiva.
Ambos tenistas viven ese mundo en el que cuanto más se aprieta y se afirma más desaparece uno: tienen una lucha interna agónica que solo se deja entrever en la pista. Ambos están en un mundo que para ellos es la perfección del tenis pero para el público es rivalidad y lucha.
Por eso la película es también una película sobre la identidad propia. Porque, bien podrían decir ambos tenistas: “yo ¿dónde estoy en todo esto, en este final llena de público y cámaras de televisión? Qué curioso que ese panorama que reconozco creado por mí sea el que me hace invisible o pequeño o ambas cosas”.
En la frialdad del sueco y la arrogancia del americano hay una cierta humildad que les hace reconocerse mutuamente. De hecho acabaron siendo grandes amigos (aunque la cinta oculta la parte trágica de la vida del sueco tras su retirada del tenis).
¿Qué unió a ambos tenistas para ser tan recordados? Tras la imagen que daban ambos quieren ser un ser humano: desear dar los buenos días con la palabra bueno, es decir, ser reconocidos en lo que son y no por las apariencias. La película no oculta los problemas depresivos de Borg y los temperamentales de McEnroe, pero lo hace con tal inteligencia que tanto la historia como ambos personajes se hacen amables al espectador.
La película tiene el justo toque de esa introspección y el ardor del juego. Ambos actores lo bordan y son creíbles. Shia LaBeouf lo hace bien (y demuestra intuición al haber aceptado el papel), pero el sueco Gunadson aquí le gana la partida en el juego actoral, aunque por poco margen. El tono “quemado” de la cinta (colores amarilleados), el atrezzo ochentero, está perfecto.
No se olvida la cinta del factor deportivo, de la competición y del valor de superación épica. Lo que pasa es que lo hace al hilo de una historia inteligente y eso le da más valor. Su narrativa es agradable, y evita las pomposidades de la parte más deportiva (la final del partido de tenis).
Es una buena película y para los que pasan la cuarentena de años, tendrá también el placer del remember de esa época. Merece la pena. Gusta, deja regusto y tiene sentido. Bienvenidas estas películas.
Ficha Técnica
Año: 2017
Duración: 103 min.
País: Suecia
Dirección: Janus Metz Pedersen
Guion: Ronnie Sandahl
Música: Vladislav Delay, Jonas Struck
Fotografía: Niels Thastum
Reparto: Sverrir Gudnason, Shia LaBeouf, Stellan Skarsgard, Tuva Novotny, Marcus Mossberg, Leo Borg, Robert Emms.
Productora: Coproducción Suecia-Dinamarca-Finlandia.