Un poeta es como un niño, nunca pierde la capacidad de asombrarse, de maravillarse, de sorprenderse. Así como un niño san Juan Pablo II también era un poeta enamorado de las montañas, los bosques, los arroyos, del hombre en su entera humanidad… de todo lo creado.
De la suma del silencio, de una espléndida Capilla Sixtina dónde Miguel Ángel expresa con magnánima realidad nuestra historia desde el Génesis hasta el Juicio final, y del maravillarse interiormente por la espléndida obra de Dios; nace de las manos del papa santo su poemas “El Tríptico Romano”, que son un himno al “”Verbo Primordial”, o sea al misterio de Dios y de su Palabra, celada en el creado.” (card. Gianfranco Ravasi)
Maravíllate tu también de las obras de Dios junto al arte de Miguel Ángel y la poesía de san Juan Pablo II: