Hay más de 300.000 niños que viven esta situación, la mayoría en áreas rurales
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“Los niños deberían estudiar para prepararse”
Estas palabras podrían corresponder a un adulto, pero no. Las pronunció un niño de 10 años de Quito, Ecuador, cuyo sueño es ser ingeniero de robótica, según da cuenta un testimonio recogido por La Hora.
Sin embargo, en su país hay unos 300.000 niños cuyos sueños se ven truncados por una dura realidad, tener que trabajar a muy temprana edad. Así dan cuenta los “fríos” números oficiales (290.325, según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo de 2016, prosigue La Hora), pero que demuestran que el tema merece rápida atención.
Al momento de investigar dónde es que están concentrados los niños que tienen que trabajar para llevar un sustento a su hogar y sobrevivir, en su mayoría no están en las áreas urbanas, sino en las rurales.
Lugares como la región amazónica, Chimborazo, Cotopaxi y La Sierra aparecen encabezan los datos estadísticos. La principal explicación con respecto a esto tiene que ver con el desarrollo agrícola y el trabajo que estos niños hacen junto a sus padres y familiares en el campo.
Pero también aparece de forma inmediata la situación de los niños que se ven obligados a salir de sus casas a trabajar en detrimento de desarrollar otras actividades como las educativas. Lo cierto, en base a datos aportados por Unicef y especificados en el reportaje de La Hora, el tema preocupa y en los últimos años se ha confirmado que ha aumentado “considerablemente”.
“Es un tema que hay que tratarlo a fondo. En la política pública incluso se ha reconocido al país libre de trabajo infantil en años anteriores, lo que realmente es ilógico porque vemos hasta afuera del Palacio de Gobierno niños trabajando y esta es una manera de vulnerar sus derechos”, señaló a La Hora Nicky Bravo, coordinador Nacional del Movimiento Social por la Defensa de los Derechos de los Niños en Ecuador,
El reclamo, una voz de esperanza
En medio de este complejo panorama, no exclusivo de Ecuador –en varios países de América Latina el tema del trabajo infantil preocupa-, también aparece una luz de esperanza y es la posibilidad de denunciar y reclamar.
En los últimos días -con motivo del Día del Niño celebrado el 1 de junio-, a través de ratificación de la Asamblea del Tercer Protocolo Facultativo de la Convención de Derechos del Niño de Naciones Unidas, tanto los niños como sus representantes pueden denunciar ante el Comité de los Derechos del Niño la vulneración de sus garantías reconocidas tanto a nivel de la Constitución como de otras leyes o normativas internacionales, indica La Hora.
Se trata de una herramienta más a la hora de la defensa de los niños con respecto a todos estos temas. Ojalá esta nueva ratificación pueda hacerse realidad con hechos concretos y que los sueños rotos de miles de niños en Ecuador, así como en el resto del continente, puedan repararse. Custodiar a los más vulnerables, de eso se trata.
Con información en base a La Hora