“Peligroso ataque contra la libertad religiosa” para judíos, musulmanes y cristianos
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En los próximos meses, el parlamento unicameral de Dinamarca – el Folketing –, deberá tomar en consideración una iniciativa popular que pretende introducir en el país la edad mínima de 18 años para la circuncisión masculina no necesaria desde el punto de vista médico. Recogen la noticia, entre otros, el Independent y el New York Times.
Una petición en este sentido logró el viernes pasado, 1 de junio de 2018, el umbral necesario de las 50.000 firmas en el sitio web borgerforslag.dk (el sitio oficial del Parlamento para las iniciativas populares), obligando a los diputados daneses a organizar (muy probablemente después de la pausa veraniega) un debate y una votación sobre la propuesta lanzada por el grupo de presión Intact Denmark.
“Si las personas quieren dejarse circuncidar, deberían tener la oportunidad de hacer esta elección de adultos. De lo contrario, debería permitírseles crecer con su cuerpo intacto”, así lo afirmaba el pasado mes de enero la presidenta del movimiento, Lena Nyhus.
Según un sondeo realizado por la empresa demoscópica Megafon para el canal televisivo TV2, el 83% dei danesi – por tanto, más de 8 ciudadanos de cada 10 – estarían a favor de la introducción de esta edad mínima o mindstealder (en danés).
Menos entusiasmado se muestra el gobierno danés, preocupado por la imagen del país en el exterior. Tras la prohibición del burqa y del niqab, aprobada el pasado 31 de mayo por el Folketing, una nueva prohibición de fuerte impacto religioso corre el riesgo de provocar reacciones negativas en el mundo islámico – recordemos las protestas por la publicación en septiembre de 2005 de algunas caricaturas de Mahoma en el diario Jyllands-Posten –, en Israel y también en EE.UU., donde una franja importante de la población masculina está circuncidada (en el periodo 1979-2010 casi el 60% de los recién nacidos de sexo masculino eran circuncidados en el momento del alta hospitalaria).
“Desde el punto de vista americano, esto sería incomprensible”, afirma el ministro de Exteriores danés, Anders Samuelsen, citado por el diario online Altinget, y “completamente incomprensible” desde el punto de vista tanto judío como islámico. “Nos vuelve vulnerables”, prosigue Samuelsen, el cual teme la pérdida de aliados preciosos.
Le ha hecho eco el ministro de Defensa, Claus Hjort Frederiksen, que habla de un riesgo político “enorme”. “Se corre el riesgo de que de repente empiece a explotar en las redes sociales”, advierte.
Waseem Hussain, que es imán en Copenhague, explica que “algunos rituales son centrales para la identidad y para la pertenencia”. “La circuncisión es uno de ellos”, declara el clérigo islámico al New York Times. Hussain mostró también su temor a que el próximo argumento a debate pueda ser llevar el velo, rezar en público, leer la Biblia o ir a la iglesia el domingo.
“La propuesta toma como punto de partida que los judíos son acosadores de niños”, subraya por su parte el presidente de la Sociedad Judía en Dinamarca (Det Jødiske Samfund i Danmark), Dan Rosenberg Asmussen.
“El escepticismo hacia la religión, que se ha convertido en normal en la mayor parte de Dinamarca, amenaza ahora el derecho de las minorías religiosas a existir al mismo nivel que sus conciudadanos no creyentes”, se lee en el sitio Internet de la organización, mosaiske.dk, el cual ha publicado una serie de “Hechos y mitos sobre la circuncisión”.
En cambio, defiende la propuesta el diputado musulmán de origen sirio Naser Khader, del Partido Popular Conservador. “Se pone demasiado énfasis en los derechos religiosos y culturales de los padres. Para mi son más importantes los derechos de los niños”, declara al sitio Altinget.
Desde un punto de vista médico sanitario, no está claro que si la circuncisión es algo a evitar o en cambio es beneficiosa para la salud. Mientras la Organización Mundial de la Salud (WHO por sus siglas en inglés) tiende a subrayar las ventajas de la circuncisión masculina para prevenir el Sida, otro estudio danés – precisamente – publicado en la revista The Surgeon muestra que los hombres circuncidados tienen 26 veces más riesgo de desarrollar una estenosis de la uretra respecto a los varones no circuncidados.
Dinamarca no es el primer país nórdico en discutir la posible prohibición de la circuncisión no médicamente necesaria para quien no ha llegado aún a la edad del consentimiento.
Hace solo pocos meses, a finales de enero, la diputada islandesa Silja Dögg Gunnarsdóttir había lanzado una propuesta parecida en el parlamento unicameral de Reykjavik (Althing), con penas hasta seis años de cárcel para quien provoca un daño al cuerpo o a la salud de un niño, sea varón o mujer, “extirpando todos o parte de los órganos sexuales”.
Con su iniciativa, la diputada del Partido Progresista buscaba extender a los varoncitos la ley islandesa que desde 2005 prohibe las mutilaciones genitales femeninas (FGM por sus siglas en inglés), a pesar de que las diferencias entre ambas praxis son considerables y sustanciales.
A pesar de que recibió el apoyo de más de 500 médicos islandeses, la iniciativa fue rechazada por los líderes religiosos, entre ellos el entonces presidente de la Comisión Episcopal de la Unión Europea (COMECE), el cardenal Reinhard Marx.
En una declaración publicada el 6 de febrero pasado, el arzobispo de Munich y Frisinga calificó la propuesta de “peligroso ataque a la libertad religiosa”, que además “estigmatiza” a varias comunidades religiosas. “Esto es muy preocupante”, dijo Marx.
Los representantes de las comunidades judías de Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia publicaron a su vez una carta abierta para expresar a los miembros del parlamento islandés su preocupación. “Islandia sería en único país en prohibir uno de los ritos más centrales, si no el rito central, de la tradición judía, en los tiempos modernos”, advierten.
Fue terminante también el comentario del rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni. “Si José y María hubieran vivido en Islandia, se habrían llevado seis años de cárcel por circuncidar a su hijo”, declaraba al SIR (Servizio Informazione Religiosa).
Para conjurar el peligro, el Forum interreligioso de Islandia organizaba el pasado 17 de abril una conferencia en Reykjavik, cuyo portavoz, el padre Jacob Rolland, afirmaba: “La ley en nuestra opinión cuestiona los derechos humanos y la libertad religiosa” (SIR).
“Una familia judía que vive en Islandia y quiere […] hacer la circuncisión de su hijo en el octavo día, arriesga incluso una pena de 6 años de prisión, si la ley se aprueba. Es una pena durísima que obliga de hecho a las familias judías a salir del país”, explicaba el padre Rolland. “Significa que viviremos en Islandia la misma situación de 1933, cuando Hitler tomó el poder en Alemania”, dijo el religioso, que lo consideró “un ataque a los judíos, porque para ellos la circuncisión es obligatoria”.
Las protestas y presiones funcionaron. De hecho, a primeros de abril, el Parlamento de Reykjavik decidió desestimar la propuesta de ley. Falta ver qué decidirán sus colegas del Folketing de Copenhague.