Daniël Termont, alcalde de Gante, advierte a los habitantes de que no se pongan a excavar por las calles de la ciudad
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La Adoración del Cordero Místico, también conocida como el Retablo de Gante, es una compleja pintura políptica del siglo XV que adorna la catedral de San Bavón en Gante, Bélgica. La obra, atribuida a los hermanos artistas flamencos Hubert y Jan van Eyck, es ampliamente considerada una obra maestra del estilo europeo y uno de los tesoros del mundo.
Como con todas las grandes obras, cuanto más hermosa, más probable es que alguien quiera robarla. Y lo cierto es que el Retablo de Gante ha sido robado varias veces en los últimos 400 años. Los alemanes le echaron el guante en la Primera Guerra Mundial, pero fue devuelto gracias al Tratado de Versalles. Sin embargo, San Bavón apenas tuvo tiempo de colgar de nuevo las pinturas antes de que los nazis se apropiaran de la obra maestra durante la Segunda Guerra Mundial.
The Independent informa de que la Adoración del Cordero Místico terminó volviendo a Gante gracias a los esfuerzos de los “Monuments Men” (curadores y profesores que recuperaron innumerables obras de arte robadas por los nazis). Sin embargo, había dos porciones del políptico que no fueron devueltas, porque los nazis nunca las vieron. Estas dos secciones, que representan los Jueces Justos y san Juan el Bautista, fueron robadas en 1934.
Los meses siguientes a este robo, las autoridades belgas se enzarzaron en negociaciones para recuperar las pinturas, llegando a recibir notas de rescate que exigían un millón de francos belgas (unos 66.000 dólares) para su devolución. Durante este proceso se recuperó la pintura de Juan el Bautista, aunque la pintura de los Jueces Justos sigue desaparecida a día de hoy.
Por fortuna, nos quedan algunas pistas sobre el paradero final de la pintura, según explica The Independent:
Pocos meses después, un agente de cambio de divisas, Arsène Goedertier, murió de un ataque cardiaco poco después de revelar que en su hogar en Wetteren había documentos relacionados con el robo.
Se encontró en su escritorio un sobre con copias de 13 notas de rescate, junto con una carta final no enviada sugiriendo que el panel perdido “descansa en un lugar donde ni yo ni nadie puede llevárselo sin despertar la atención del público”.
Aunque se desconoce si este Arsène fue el culpable, con su muerte la cuestión de la autoría dejó de tener mucha relevancia. Lo que sí llamó la atención de los belgas fueron las pistas dejadas en la última cara, no enviada: oiseau, arte, jean, nina, erpe y fourrure, junto con el número 152.
Estas pistas han desconcertado a cazadores de tesoros durante 84 años, pero ahora parece que el misterio se ha resuelto. El ingeniero Gino Marchal anunció la semana pasada que ha determinado que la última pintura se enterró bajo la plaza de Kalandeberg en el centro de Gante. Marchal explicó que relacionó cuatro de las seis palabras con puntos específicos de la ciudad, que estaban exactamente a 152 metros de un determinado punto en Kalandeberg.
Aunque algunos han desestimado esta información por considerarla una maniobra publicitaria para la publicación del próximo libro de Marchal, la fiscalía y el alcalde de Gante Daniël Termont se lo están tomando bastante en serio.
El periódico flamenco De Standaard recogió unos comentarios del alcalde Termont:
“Es algo de gran importancia para la ciudad y para la historia del arte flamenco. Estaría bien encontrar el panel para esta generación. Si esta nueva teoría no fuera más que una treta para promocionar un libro, yo nunca habría colaborado, y como ciudad nunca habríamos puesto a disposición nuestra sala del consejo para una rueda de prensa”.
Aunque las autoridades no han anunciado ningún plan para excavar en las calles de la ciudad, piden a los ciudadanos que no hagan sus propias excavaciones. “Ese es el trabajo de la policía y de la oficina de la fiscalía”, recordó el alcalde Termont a su pueblo.