Cada verano, la asociación ARC France envía a jóvenes cristianos europeos a recibir y guiar gratuitamente a los visitantes por las iglesias y catedrales de Europa. Unas vacaciones comprometidas y un verdadero sentido de compartir la fe más allá de las fronteras
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La basílica de San Marcos en Venecia, Christchurch en Oxford, el Duomo en Florencia, la catedral de Münster, la iglesia de Belén en Barcelona o incluso Notre-Dame de La Garde en Marsella… En total, hay más de cuarenta sitios prestigiosos, cargados de historia y espiritualidad, que han fijado una colaboración con la asociación ARC.
El principio es simple: jóvenes cristianos, de entre 18 y 30 años, pasan parte de sus vacaciones de verano trabajando como voluntarios en su lengua materna para recibir y visitar a los turistas en las iglesias y catedrales de Europa con el fin de “hacer hablar a las piedras”. A cambio, la parroquia les acoge y les da alojamiento, les proporciona formación sobre el edificio que explicarán y les ayuda a descubrir una región y un patrimonio.
Acogida, Encuentro, Comunidad
“El padre Aye, sacerdote de una parroquia de Dunkerque a finales de los años 1970, es el origen de la asociación ARC”, explica Benjamin Dupays, presidente de ARC France. “Iba regularmente a Inglaterra, a la catedral de Canterbury. Un año, propuso a un grupo de jóvenes feligreses que lo acompañaran para recibir a los turistas franceses que venían a visitar la catedral. De esta experiencia nació la idea y el proyecto de ofrecer una cálida y amistosa bienvenida en su idioma a los visitantes de las catedrales”.
El acrónimo ARC significa Accueil, Rencontre, Communauté, es decir, Acogida, Encuentro, Comunidad, los valores y el espíritu del proyecto contenidos en el nombre de la asociación. Acogida a los visitantes de paso por lugares de culto cristianos para hacerles descubrir la historia del edificio, su belleza y su espiritualidad o simplemente ofrecerles información práctica. “¡Con frecuencia nos preguntan dónde están los baños!”, dice Benjamin Dupays entre risas. Pero hay acogida también en las parroquias, que ofrecen alojamiento y comida a los voluntarios.
Encuentro con turistas y visitantes independientemente de su fe y de sus convicciones, encuentro de los voluntarios con el respeto y la apertura a las respectivas confesiones para comprender mejor la sensibilidad cultural de cada persona y experimentar el ecumenismo. En la práctica, los jóvenes franceses son sobre todo católicos, mientras que los holandeses y alemanes son en su mayoría protestantes.
Y finalmente Comunidad, porque los voluntarios forman una comunidad religiosa temporal en el seno de la parroquia que los acoge, animados por la voluntad de enriquecerse recíprocamente de la experiencia, el conocimiento y la fe de los demás. La comunidad comparte la vida cotidiana, tanto material (comidas, alojamiento, tiempo libre y tareas domésticas) como espiritual (organización diaria de un tiempo de oración, participación en la vida parroquial, conversaciones sobre la fe).
“Hacerse voluntario de ARC es participar en una experiencia cultural, espiritual y humana muy rica. Buscamos personas abiertas que participen en el proyecto para intercambiar y transmitir su entusiasmo”, dice Benjamin Dupays. “La mayoría de los voluntarios tiene un gran interés en la historia del arte y la arquitectura. Pero aunque no tengan ningún conocimiento en particular, todos se benefician de una formación específica sobre el sitio que mostrarán cuando lleguen al lugar. Esta formación viene después de otras dos, cada una organizada durante un fin de semana: una presentación de ARC y un ejemplo de situación real de acogida en la iglesia de San Eustaquio en París, donde ARC France tiene su sede”.
De Italia a Canadá, 40 años de proyectos
En la actualidad ARC está presente en Francia, Italia, Alemania, España, Reino Unido y Países Bajos. Para la asociación, dirigida exclusivamente por jóvenes, a menudo estudiantes, el verano de 2018 marcará la cuadragésima temporada con un número récord de proyectos: “Este año tenemos 50 proyectos en los que participan 200 estudiantes de 10 nacionalidades diferentes y una gran novedad: ¡nuestra primera asociación al otro lado del Atlántico!”, explica encantado Benjamin Dupays.
De tres a seis jóvenes voluntarios tendrán la oportunidad de trabajar en el santuario de Nuestra Señora del Cabo, situado en Trois-Rivières, la segunda ciudad más antigua de Canadá, a medio camino entre Montreal y Quebec. El santuario está situado a orillas del río San Lorenzo, un entorno mágico.
Y, como siguen siendo unas vacaciones, también es una oportunidad para descubrir hermosas regiones y ciudades de Europa durante los muchos ratos de descanso y de tiempo libre, para degustar la cocina local, divertirse, compartir buenos momentos con otros jóvenes, tomar una copa en un pub inglés, descansar en las playas andaluzas, disfrutar de la dolce vita en Italia… También es la oportunidad de combinar lo útil y lo agradable al trabajar en el idioma del país o el inglés, en la medida que los otros jóvenes hablen o no tu idioma materno.
Como dato curioso, el destino estrella más elegido por los jóvenes voluntarios es la basílica de San Marcos en Venecia, ¡también uno de los socios más antiguos de ARC! Para más información sobre ARC France, iniciar una colaboración o consultar la lista de las plazas que quedan por cubrir para este verano de 2018, visita la página web de la asociación.