separateurCreated with Sketch.

La oración para después de comulgar que compuso el Padre Pío

PADRE PIO
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Philip Kosloski - published on 04/07/18 - updated on 18/08/23
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Ferviente amante de la Eucaristía, el padre Pío de Pietrelcina celebraba la santa Misa y comulgaba con pasión, prueba de la presencia real de Jesucristo en el sacramento

Al Padre Pío le apasionaba celebrar la Misa y recibir la Comunión. En una ocasión dijo: “Sería más fácil que el mundo existiera sin el sol que sin la Santa Misa”.

Creía de todo corazón que Jesús estaba verdaderamente presente, en cuerpo, sangre, alma y divinidad durante la celebración de la Misa. Este gran don avivó en su propio corazón un amor profundo y persistente hacia Dios.

En sus propias palabras:

“Hay momentos durante la Misa en que me consumo por el fuego del Amor Divino. Mi rostro parece arder”.

KOMUNIA ŚWIĘTA

A continuación se puede leer una honda oración que Padre Pío compuso y que rezaba tras recibir la Sagrada Comunión.

Es reflejo de su firme fe en la presencia de Jesús en la Sagrada Eucaristía y de su deseo de que Jesús permaneciera siempre en su corazón.

1Oración

Quédate, Señor, conmigo, pues soy débil y necesito tu fuerza para no caer muchas veces.

Quédate, Señor, conmigo, porque eres mi luz y sin ti estoy en tinieblas.

Quédate, Señor, conmigo, porque eres mi vida y sin ti pierdo el fervor.

Quédate, Señor, conmigo, para darme a conocer tu voluntad.

Quédate, Señor, conmigo, para que oiga tu voz y te siga.

Quédate, Señor, conmigo, pues deseo amarte mucho y estar siempre en tu compañía.

Quédate, Señor, conmigo, si quieres que siempre te sea fiel.

Quédate, Señor, conmigo, porque por más pobre que sea mi alma, desea ser para ti un lugar de consuelo y un nido de amor.

Quédate, Jesús, conmigo, pues es tarde y el día se acaba… La vida pasa; la muerte, el juicio y la eternidad se acercan y es necesario recuperar mis fuerzas para no demorarme en el camino, y para ello te necesito. Ya es tarde y la muerte se acerca. Temo la oscuridad, las tentaciones, la aridez, la cruz, los sufrimientos… ¡y te necesito mucho, Jesús mío, en esta noche de exilio!

Quédate, Jesús, conmigo, porque en esta noche de la vida, de peligros, necesito de ti. 

Haz que, como tus discípulos, te reconozca en la fracción del pan; que la comunión eucarística sea la luz que disipe las tinieblas, la fuerza que me sustenta y la única alegría de mi corazón.

Quédate, Señor, conmigo, porque en la hora de la muerte quiero estar unido a ti; si no por la Comunión, al menos por la gracia y por el amor.

Quédate, Jesús, conmigo; no pido consuelos divinos porque no los merezco, sino el don de tu presencia, ¡ah, sí, te lo pido!

Quédate, Señor, conmigo; solamente a ti te busco; tu amor, tu gracia, tu voluntad, tu corazón, tu espíritu, porque te amo y no pido otra recompensa sino amarte más, con un amor firme y práctico.

Haz que pueda amarte de todo corazón en la tierra para seguirte amando perfectamente por toda la eternidad, querido Jesús.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.