El pasado 1 de julio en la iglesia de Santa Ágata en Catania durante el Festival de la Familia siciliana, Algina Fresta, de 29 años, se levantó de su silla de ruedas para cantar. Su actuación conmocionó a la asamblea y desde entonces impresiona al mundo entero
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Apenas puede mantenerse en pie, pero su voz refleja una gran fuerza interior. Vestida de blanco, su canto se eleva con gracia y precisión como una voz celestial en el corazón de la iglesia, mientras que Stefania Licciardello, poeta y actriz, actúa como su columna vertebral y su tutora, para que esta voz pueda expresarse y abrirse a los demás, sin sospechar que terminaría traspasando fronteras por todo el mundo.
Fresta canta dos magníficas canciones del repertorio lírico, Una Furtiva Lagrima de Gaetano Donizetti y Nessun Dorma de Puccini. La emoción es inmediata, la complementariedad entre las dos mujeres, fabulosa, la una liberada por un momento de su discapacidad y la otra sólida y retraída para dejar que la joven florezca ante los ojos de todos.
Un dúo, una solista
Stefania Licciardello y Alfina Fresta están acostumbradas a actuar juntas en el teatro Nèon, dentro de la asociación cultural Nèon, donde ambas son actrices. Alfina Fresta es también cantante profesional y la asociación a la que pertenece ofrece un buen ejemplo al honrar el arte, que se preocupa más por el alma y del talento de su intérprete que de su condición física.
En unos pocos días, su interpretación fue vista casi 40 millones de veces a través de Internet y provocó una avalancha de reacciones conmovedoras. Mauro Ledda, que publicó el video en las redes sociales, recibió numerosas propuestas para invitar a la joven cantante a actuar en eventos a escala internacional. ¿Tal vez sea el comienzo de una hermosa carrera para esta joven, que podría encantar los oídos más allá del mundo virtual?
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