Emblema de la ciudad de Pisa, el campanario de la catedral de Nuestra Señora de la Asunción debe su fama a su característica inclinación, que es diversión de turistas de todo el mundo. ¿Quién no se ha hecho ya una foto fingiendo que la está aguantando? Desde su construcción en 1173, la torre se va inclinando, siglo tras siglo, sin caer jamás. Los científicos parecen haber descubierto su secreto
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Recientemente, un equipo de ingenieros hizo un descubrimiento inédito que permite explicar el misterio que rodea la torre de Pisa, inclinada más de tres grados al sur.
A lo largo de los siglos, ni su progresiva inclinación ni los terremotos han vencido a esta torre indestructible. ¿Pero cómo hace para mantenerse en pie?
Una interacción dinámica
Varios científicos, en colaboración con la Universidad de Roma, han estudiado con precisión los datos estructurales y sísmicos del sitio. Los materiales de construcción así como los elementos de la roca y del suelo fueron analizados al detalle.
¿El resultado?
La torre y el suelo parecen vivir en una perfecta simbiosis. Esto es lo que los científicos llaman “interacción dinámica de la estructura del suelo”.
Construida sobre una llanura aluvial (compuesta de sedimentos), la torre se mueve por un terreno demasiado blando pero, irónicamente, este terreno que la desestabiliza también la permite mantenerse en caso de temblores de tierra.
Por tanto, por circunstancias fortuitas, la torre dispone de elementos favorables que le permiten mantenerse en pie.
Su altura de 58 metros, la suavidad del terreno en el que está anclada y la solidez del mármol permiten así a la torre hacer frente a las vibraciones de los terremotos.
Restaurada en 1993
Aunque la torre se resiste, fue objeto de una seria restauración desde 1993, fecha en la que fue cerrada al público.
Flejes, bloques de plomo en el suelo, excavación a nivel de los cimientos,… se ha hecho todo lo posible para consolidar la estructura.
Este trabajo dio sus frutos, ya que en 2003 los expertos señalaron que la torre había recuperado 50 centímetros de su inclinación.
Desde el 15 de diciembre de 2001, la torre ha vuelto a ser accesible para grupos de un máximo de 30 personas.