Unos meses antes de su fallecimiento, Franca Sozzani, redactora jefa de Vogue Italia y gran figura del mundo de la moda, decidió ir a ver el Santo Sudario: una visita que cambiaría su vida
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En 2016, tras salir de la catedral de Turín, donde se encuentra expuesta la sagrada reliquia, Franca Sozzani le pidió a su hijo, que la acompañaba, que la esperara un poco más porque quería confesarse. Sorprendido, la esperó… ¡durante tres horas!
Aquel día, Franca se convirtió. Recuperó la fe y soñaba con una sola cosa: ver al papa Francisco para preguntarle de dónde viene su increíble fuerza espiritual. Es lo que explica Francesco, realizador y autor del documental sobre su madre Franca: caos y creación.
Encarnación de la moda italiana, su longilínea silueta y su largo cabello rubio y ondulado son célebres entre las pasarelas de París, Londres, Nueva York y Milán, que frecuentaba desde hacía cerca de cuarenta años.
La llamaban “la papisa de la moda”. Quizás porque ofrecía una perspectiva diferente de la moda: Franca Sozzani veía en la moda algo más que solo prendas de ropa. “En la moda, no se trata de la ropa –reveló un día–, se trata de la vida”.
Nacida en Mantua y titulada en Letras y Filosofía por la Universidad de Milán, comenzó su carrera en Vogue Bambini (Vogue Niños), para incorporarse más tarde, en 1987, a Vogue Italia. Un año más tarde se situó a la cabeza de la redacción.
Enamorada de la fotografía, se rodeó de grandes artistas no solo porque consideraba que la moda debe formar parte del arte, sino también para abordar cuestiones sociales a través de sesiones fotográficas vanguardistas.
Franca, arriesgándose a perder su puesto, se salió valientemente de la línea editorial habitual de Vogue.
Intentó centrar la atención en los problemas de la violencia machista, de la anorexia entre las chicas jóvenes o también de la locura de las operaciones de cirugía estética.
En 2008 dedicó un número especial a la belleza de las mujeres negras: una primicia en la industria de la moda.
La conversión
El día de su visita a Turín le dijo a su hijo, extrañado al verla confesarse durante casi tres horas: “En la vida, a veces quieres mirar en el interior de ti mismo”.
A continuación, añadió: “Manzoni entró una vez en una iglesia y eso le bastó para convertirse” (Manzoni era un escritor italiano del siglo XIX que se convirtió durante una visita a la iglesia de San Roque en París, ndlr).
Poco tiempo después, Franca le reveló que aquel famoso día había recuperado la fe frente al Santo Sudario.
La enfermedad
Abordó el comienzo de la lucha contra una grave enfermedad y de un recorrido espiritual con una esperanza que la acompañaría hasta el final de sus días.
Cuando Francesco preguntó a su madre si tenía sueños, Franca Sozzani le confesó que sí: “Si aún puedo tener sueños, sí, tengo uno: ver al papa Francisco y preguntarle de dónde viene su increíble fuerza y su fe en Dios”.
El 22 de diciembre de 2016, un cáncer de pulmón se llevó a Franca Sozzani a la edad de 66 años. No tuvo tiempo de ver al Papa, pero sus últimos días estuvieron marcados por un profundo regreso a Dios.
Su entierro tuvo lugar en familia en Portofino, en la víspera del día de Navidad.
Un mes más tarde, la semana de la moda italiana terminaba con una misa en su honor el 27 de enero, que se celebró en el Duomo, la famosa catedral de Milán, ante una multitud de fashion lovers.
Toda la flor y nata del mundo de la moda estuvieron presentes, como Anna Wintour, la redactora jefa de Vogue USA, las modelos Kate Moss y Naomi Campbell, la ex primera dama francesa Carla Bruni-Sarkozy, aunque también amigos cercanos como los diseñadores Giorgio Armani y Valentino Garavani.
Para cumplir una de las últimas voluntades de Franca Sozzani, su hijo Francesco leyó este pasaje de la Biblia: “Más vale […] el día de la muerte, más que el del nacimiento” (Ec 7,1).
