Debido a una irregularidad, el proceso tardó más de 120 años en completarse
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El idioma hebreo siempre está vinculado a la Biblia hebrea, donde se refleja la evolución de la lengua escrita judía. Diversos estudios de gran importancia donde se compara el Antiguo Testamento con fuentes antiguas del mismo texto demuestran que los pasajes han experimentado una serie de fases antes de llegar a las versiones canónicas que conocemos hoy en día. Por desgracia, hacer un seguimiento de esta evolución depende completamente del hallazgo de pruebas materiales.
El papiro egipcio, conocido como Amherst 63, es un ejemplo de dichas pruebas. Descubierto en Lúxor, Egipto, a finales del siglo XIX, contiene una composición sorprendentemente similar al salmo 20.
Este trozo de papiro desgastado contiene 35 textos literarios escritos en arameo y data del siglo VII al VI a. C. Curiosamente, sin embargo, las palabras arameas están escritas en una cursiva egipcia llamada demótica. Es esta combinación tan inusual de idiomas la que ha provocado que el proceso de descodificación de los pasajes haya tardado más de 120 años.
Un artículo en la página web Biblical Archaeology informa de que Karel van der Toorn, de la universidad de Ámsterdam, ha publicado una nueva traducción de Amherst 63. En este artículo, “El papiro egipcio arroja nueva luz sobre la historia judía”, publicado en el número de julio/agosto 2018 de la revista Biblical Archaeology Review, Toorn sostiene que el papiro contiene dos salmos más, aparte del salmo 20.
“Los dos otros salmos del papiro Amherst no se encuentran en la Biblia. Esto no los convierte en menos valiosos desde un punto de vista histórico y literario. Se trata de canciones que los israelíes cantaban antes de que su religión se volviese monoteísta”, afirma. “Estos tres salmos son claramente inseparables: es evidente que se compusieron originalmente en hebreo, celebran a Yaho (una forma alternativa al nombre de Yahveh) como rey de los dioses y forman parte de la liturgia de la celebración del nuevo año tal y como lo celebraba la comunidad que hablaba arameo”, añade.
Toorn afirma que existen pruebas que sugieren que, si bien el papiro fue escrito en el siglo IX a. C, el texto se originó varios siglos atrás, y muy probablemente en Palmira, en la actual Siria, y no en Egipto, donde se descubrió el antiguo manuscrito.