De Turquía a EE.UU., una situación más difundida de lo que se cree
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¿Dónde preferirías que estuviese tu hija cuando tenga 13 años? ¿En el pupitre de una escuela o en la cama con un hombre adulto? Esta es la pregunta planteada por el periodista giornalista Burak Bekdil, que analiza el fenómeno de las niñas forzadas al matrimonio en Turquía, en el sitio Gatestoneinstitute.org.
Según los datos del Turkish Philanthropy Funds, mencionados por el autor, actualmente un 40% de las chicas jóvenes turcas por debajo de los 18 años son obligadas a matrimonios precoces, un fenómeno que explica también la alta tasa de abandono escolar entre las estudiantes turcas de grado medio: alrededor del 56%. Mientras la escolarización media es de 6,5 años en Turquía, en 45 provincias la tasa no alcanza la media nacional, revela la fuente.
Para el autor, un ejemplo es el del ex presidente Abdullah Gül. El cofundador del partido conservador AKP (en el poder desde 2002) y ex aliado del actual hombre fuerte de Ankara, Recep Tayyip Erdogan, se casó a la edad de 30 años con una chica de 15.
Y las cosas corren el riesgo de empeorar. El pasado enero, recuerda Bekdil, el Diyanet o Directorio de Asuntos Religiosos — el organismo religioso está controlado directamente por el gobierno turco — sugirió que las niñas de nueve años y los niños de 12 podrían contraer matrimonio bajo la ley islámica, una fatwa que empujó a la principal formación de la oposición a pedir una investigación sobre el matrimonio infantil en el país. La ley turca permite el matrimonio de los 18 años en adelante.
La situación en Malasia
También en Malasia la edad mínima prevista por la ley civil para contraer matrimonio es de 18 años, pero hay excepciones. Con la autorización del Chief Minister o primer ministro del Estado en que viven, las jóvenes pueden casarse a los 16 años, mientras que la ley islámica fija una edad mínima de 16 años para las chicas, pero concede excepciones con el permiso de un tribunal islámico, explica el Independent.
El diario malayo en lengua inglesa The Star, citado por el Independent, informaba en 2016 que durante los últimos cinco años, se habían registrado en el país de mayoría islámica más de 9.000 matrimonios infantiles; mucho clamor provocó la noticia de que una muchacha de 11 años de origen tailandés, cuyos padres trabajaban en una plantación de caucho, había sido dada en matrimonio a un importante comerciante malayo de 41 años, que tenía ya dos mujeres y seis hijos.
“Si es verdad, es chocante e inaceptable”, dijo la representante de UNICEF en Malasia, Marianne Clark-Hattingh. “Es una violación de sus derechos”, prosiguió la responsable del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia en Kuala Lumpur, la cual exhortó al gobierno malayo a lanzar una reforma legislativa que fije la edad mínima para el matrimonio en 18 años sin excepciones. La ironía es que justo en la capital Kuala Lumpur tuvo lugar, del 25 al 27 de junio, el segundo encuentro mundial de la campaña Girls Not Brides.
El Viejo Continente
De este breve recorrido se podría deducir que el problema no afecta al viejo continente, pero no es así. Aunque los cinco países con mayor difusión del matrimonio infantil — Bangladesh, Chad, Guinea, Mali y Níger, en los que más del 60% de las jóvenes se casa antes de alcanzar los 18 años — están muy lejos, precisamente a través de la inmigración, el fenómeno plantea al continente europeo algunas decisiones.
Lo demuestra el caso de Suecia, uno de los países más abiertos a la inmigración y al mismo tiempo uno de los más progresistas en temas sociales, entre ellos precisamente los derechos de los niños, y en el que hay actualmente un encendido debate político sobre el tema. La oposición acusa de inacción a la actual coalición rojo-verde en el poder, y al gobierno de ser “excesivamente cauto para no ser considerado culturalmente insensible”, escribe Nathalie Rothschild en el sitio Politico Europa.
Aunque el matrimonio infantil es ilegal en Suecia, el país reconoce este tipo de unión cuando se contrae en el extranjero. Aunque la coalición de gobierno presentó en mayo una propuesta para acabar con esta escapatoria legal, no está claro cómo pretende Estocolmo hacer cumplir la normativa.
Un informe de 2016 por parte de la Agencia Nacional para la Inmigración habla solo de 132 peticionarios de asilo menores de edad ya casados en el momento de su llegada a Suecia, del que la mayoría procedía de países como Siria, Afganistán e Iraq, pero la cifra es probablemente más alta, porque muchos casos permanecen ocultos, advierten las autoridades.
En lo que respecta a Italia, L’Espresso dedicó hace unos días un artículo al fenómeno de las niñas forzadas al matrimonio entre los inmigrantes albaneses, contando la historia de una de ellas, K., víctima de un matrimonio pactado a la edad de 14 años. “Mi padre eligió a un hombre doce años mayor que yo. Desde el momento en que fui prometida, me convertí en una propiedad de aquel hombre”, explica la mujer.
“No era una persona, era un objeto. Nunca me consideró una madre, me decía que era sólo una fábrica”, continua K., que se salvó del marido-torturador gracias a un valiente mariscal de los carabinieri y a la asociación Differenza Donna de Roma.
La situación en América
Mientras algunos países de América Latina, entre ellos El Salvador, Guatemala y Honduras, prohibieron recientemente el matrimonio infantil, en Estados Unidos, en cambio, está sorprendentemente difundido. Según la campaña Unchained At Last, citada por el sitio AZcentral, en casi la mitad de los 50 Estados de la Unión no hay fijada una edad mínima para contraer matrimonio. Se calcula por ejemplo que a nivel nacional, en el periodo entre 2000 y 2015, al menos 207.468 personas menores de edad contrajeron matrimonio.
Sólo en el condado de Maricopa — el único en todo el Estado de Arizona en registrar la edad de los contrayentes — un centenar de menores obtiene al año una licencia matrimonial o marriage license. En el periodo de unos cinco años hasta el 1 de julio de 2017, las licencias fueron en total 570, de las cuales 406 se dieron a personas de 17 años y 164 a personas de 16.
Mientras que en la gran mayoría de los casos, el 82%, se trataba de muchachas menores que se casaban con hombres adultos, en el 9% de los casos eran chicos los que se casaban con mujeres mayores, y en otro 9% eran matrimonios entre dos menores de edad. La diferencia de edad más grande se observaba en dos casos en que dos hombres de 41 y 37 años respectivamente se unían en matrimonio con jóvenes de 17.
Varios Estados han armado leyes recientemente para poner freno a este tipo de unión, entre los cuales Missouri hace pocas semanas. Este último Estado era el único de todos los EE.UU. donde bastaba la firma de un solo progenitor (aunque el otro no estuviera de acuerdo, y no hacía falta siquiera la autorización de un juez) para permitir que una persona de 15 años contrajera matrimonio, recuerda el Kansas City Star.
Con la autorización de un juez, incluso adolescentes de edad inferior a los 14 años podían casarse en Missouri. Esto explica por qué este Estado se había convertido en el destino para muchas personas que buscaban un matrimonio reparador, escribe el diario, y evitar la acusación de estupro estatutario (statutory rape).
El pasado mes de mayo Delaware — conocido como el First State — se convirtió en el primer Estado de la Unión en prohibir completamente el matrimonio entre menores. En el pequeño Estado del Nordeste ya es ilegal para una persona menor de 18 años contraer matrimonio, aunque tenga el consentimiento de los padres.
Drama global
El matrimonio precoz lesiona los derechos de millones de niñas en todo el mundo — 14 millones, según el sitio Plan-International.it –, obligándolas a abandonar la escuela y a “recaer en el círculo vicioso de la pobreza”.
En los países en vías de desarrollo, de cada tres niñas una se casa antes de cumplir los 18 años, y una de cada 9 está obligada a casarse antes de los 15 años. Además, “las niñas privadas de instrucción tienen el triple de posibilidades de casarse antes de los 18 años, respecto de las que tienen un nivel de instrucción secundario o superior”, continua el sitio, que recuerda que “los matrimonios precoces tienen un impacto negativo en la salud de las niñas”, porque “aumentan los riesgos de violencia, abusos, infección de HIV y llevan a embarazos prematuros”.
No hay que olvidar que “los embarazos y partos son la principal causa de muerte de las niñas entre 15 y 19 años, y la muerte de recién nacidos es para el 50% de los casos altamente probable”.