Las consecuencias traumáticas de un aborto espontáneo, incluso uno temprano, son una constante empíricamente probada y estadísticamente significativa
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Cuando tienes un aborto espontáneo, todos quieren que te sientas mejor. Mucha gente quiere que te sientas mejor a cualquier precio, incluso al precio de negar lo que ha sucedido realmente. Así que tratan de consolarte, pero su consuelo suena mucho a displicencia:
A mí me dijeron: “Es lo mejor. No habrías querido un bebé enfermo. Estarás embarazada de nuevo antes de que te des cuenta”.
A una de mis amigas le soltaron: “De todas formas, tienes demasiados hijos”.
Y otra: “Con tu salud, esto ha sido para mejor”.
Otra escuchó: “Fue la voluntad de Dios. Probablemente había algo malo con el bebé de todos modos”.
La gente tiene buenas intenciones, pero palabras como estas no reconocen el hecho de que un aborto espontáneo es una experiencia traumática y no se puede hacer que el trauma desaparezca diciéndole a alguien que su trauma no es real, que no es legítimo.
En realidad, muchos estudios científicos serios están señalando el hecho de que un aborto espontáneo tiene efectos graves y duraderos sobre la salud mental de una mujer. Un estudio descubrió que un 25 por ciento de las mujeres estudiadas tenían trastorno de estrés postraumático (TEPT) un mes después. Y el 7 por ciento de ellas aún lo tenía cuatro meses más tarde.
Hoy leí ese estudio y mi primer pensamiento fue: “Ah, así que es eso”. Porque han pasado 18 meses desde mi aborto espontáneo y todavía tengo flashbacks ocasionales, vívidos recuerdos de aquello, donde me doy cuenta de que una parte de mi mente todavía habita en medio de aquel día y que quizás siempre habite allí.
Otro estudio informa que “un gran número de mujeres que han experimentado un aborto espontáneo o un embarazo ectópico cumplen con los criterios diagnósticos para un probable TEPT. Muchas sufren de ansiedad moderada a severa y un número menor, depresión. La morbilidad psicológica y, en particular, los síntomas del TEPT, persisten al menos tres meses después de la pérdida del embarazo”.
Un estudio de Irish Journal of Psychology encontró que el 44 por ciento de las mujeres que tuvieron un aborto espontáneo durante el primer trimestre mostraban “niveles clínicos de sufrimiento psicológico”, incluso meses después. Esto incluye depresión, ataques de pánico, recuerdos recurrentes, pesadillas y ansiedad.
Y sin embargo, las mujeres siguen oyendo que lo que han pasado no es tan malo. Que tal vez sea incluso algo bueno. Que necesitan superarlo. A algunas mujeres, como Chloe Henri, se les niega el permiso por duelo en el trabajo. Es un mensaje que las mujeres escuchan una y otra vez: si todavía estás triste, después de tres días, una semana, un mes, un año… estás siendo autoindulgente. Estás siendo débil. Tienes que pasar página.
Pero, por supuesto, no es tan fácil pasar página de un evento traumático. Al menos no se hace por pura fuerza de voluntad. Y las traumáticas consecuencias de un aborto espontáneo, incluso uno temprano, no son solo para un grupo de mujeres exageradas, es una constante empíricamente probada y estadísticamente significativa.
Ese último estudio, de Irish Journal of Psychology, destacó algo que es obvio para cualquier mujer que ha tenido un aborto espontáneo. “Aspectos de la atención médica, como (…) la capacidad de conversar sobre el aborto durante el seguimiento, estaban significativamente relacionados con los niveles de sufrimiento psicológico”. Es decir, las mujeres no mostraban síntomas psicológicos tan graves cuando se las tomaba en serio. Cuando sus médicos no habían menospreciado su trauma. Cuando no se las había dejado solas para lidiar con una enfermedad grave.
Mi propio médico nunca me dijo que es común que un aborto espontáneo afecte a tu salud mental. Cuando llegaron los ataques de pánico y la disociación, al principio ni siquiera sabía que estaban relacionados. Fue un alivio indescriptible cuando finalmente escuché a mujeres mayores, mujeres en las que confío, decir: “Sí, el aborto espontáneo es común, pero también es legítimamente traumático”. Comencé a pensar que tal vez no era débil, que tal vez, solo tal vez, lo que había pasado era así de intenso.
Si es tu caso, si todavía sientes la conmoción del aborto espontáneo de tu bebé, si todo el mundo te dice que pases página, por favor, recuerda que el mundo no tiene derecho a pedirte eso. Lo que acabas de pasar es real y es grande. Por favor, busca la atención médica mental que necesitas y entiende que no eres débil, que estás sufriendo porque has pasado por un dolor que muchas personas ni siquiera pueden imaginar. Un aborto, por espontáneo o natural o común que sea, puede ser una experiencia traumática y va siendo hora de que la sociedad lo reconozca.