De los datos de la Agencia federal para el control y la prevención de enfermedades se desprende también una divergencia racial que “dice mucho”
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Estados Unidos se vanagloria de tener algunos de los más famosos centros médicos de excelencia en el mundo. Muy conocidos son por ejemplo la Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, y el Johns Hopkins Hospital en Baltimore, Maryland. También famosas son algunas estructuras pediátricas, como el Children’s Hospital de Boston, Massachusetts, y el Children’s Hospital Medical Center en Cincinnati, Ohio.
A pesar de ello, en la primera economía del mundo, la tasa de mortalidad infantil [1] es superior a países como Australia, Canadá, Cuba, Francia, Alemania, Japón, Nueva Zelanda o Reino Unido. De hecho, en el año 2015 — con 5,90 fallecimientos por cada 1.000 niños nacidos vivos — la tasa en EE.UU. es casi el doble que la de Italia (aproximadamente 3 por cada 1.000 nacidos vivos).
Aunque la tasa ha descendido un 14% respecto a 2005 (6,86), lo que sorprende (y preocupa) es la enorme disparidad entre los distintos Estados de la Unión, y también la divergencia racial que se desprenden de los datos del periodo 2013-2015 hechos públicos el pasado mes de enero por los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), la agencia federal para el control y la prevención de enfermedades.
La disparidad entre los Estados
De hecho, en 21 Estados de 50, o sea, casi la mitad, la mortalidad infantil supera la media nacional de 5,90 (5,89 para ser precisos). Algunos de los Estados son del sur, pero también hay otros del centro-norte. La tasa, además, es sorprendentemente alta en el Distrito de Columbia (DC), es decir, en el distrito federal dela capital, Washington: 7,65.
El Estado con la tasa absolutamente más alta es Mississippi: 9,08. Le siguen en orden decreciente: Alabama (8,52), Louisiana (7,92), Arkansas (7,63), Georgia (7,44), Delaware (7,43), Oklahoma (7,42), Virginia Occidental (7,22), Indiana (7,21), Carolina del Norte (7,16) y Ohio (7,13).
Por el lado contrario de la lista encontramos a Massachusetts, donde la tasa de mortalidad infantil es del 4,28, o sea casi la mitad que en Mississippi. Otros Estados con tasa baja con (el orden creciente): Iowa (4,41), California (4,50), Vermont (idem), New Jersey (4,53), Washington (4,63), New Hampshire (4,69), Nueva York (4,72) y Colorado (4,85). Los Estados en los que la tasa se acerca más a la media nacional son Virginia (5,91) y Wisconsin (5,92).
Como observa Natalie Rahhal en el Daily Mail, citando datos del World Fact Book de la CIA, con su tasa de 9,08, el Estado de Mississippi se coloca entre Bahrein (8,90) y Tailandia (9,20). Tienen tasas más bajas de mortalidad infantil que Mississippi también países como Sri Lanka (8,40), Ucrania (7,80) y el Líbano (7,40). Los países o Estados más virtuosos en términos absolutos son el Principado de Mónaco (1,80), Japón (2,0) e Islandia (2,10).
La disparidad racial
De los datos del CDC se desprende también que la tasa más alta de mortalidad de niños nacidos de madres blancas no hispanas era de 7,04 por cada mil niños nacidos vivos en el Estado de Arkansas, mientras que el más bajo se registraba en el Distrito de Columbia: sólo 2,52.
En otros nueve Estados, la mortalidad entre niños de madres blancas no hispanas era “significativamente” inferior respecto a la media nacional (4,95), entre ellos New Jersey (3,15), Massachusetts (3,44), Connecticut (3,53), California (3,75), Nueva York (3,81), Colorado (4,13) e Iowa (4,15).
Además de Arkansas, en otros trece Estados de la Unión, esta tasa era en cambio “significativamente” más alta respecto a la media nacional, como por ejemplo Virginia Occidental (7,02), Mississippi (6,91), Oklahoma (6,86) y Maine (6,66).
En lo que respecta a los niños nacidos de madres hispanas, la tasa más alta se registraba en el Estado de Michigan (7,28), es decir, casi el doble respecto a la tasa más baja de 3,94 por cada mil niños nacidos vivos registrado en Iowa. Solo en cuatro Estados la tasa era “significativamente” más baja que la media nacional de 4,99: en Florida (4,23), California (4,43), New Jersey (4,52) y Nueva York (4,62).
Además de Michigan, en otros siete Estados la tasa era “significativamente” más alta que la media nacional, por ejemplo en Ohio (6,92), Connecticut (6,91), Mississippi (6,87) y Alabama (6,50).
La situación más dramática se registra entre los niños nacidos de madres negras no hispanas. De hecho, en lo que respecta a este subgrupo demográfico, la tasa de mortalidad más alta se registraba en Wisconsin: 14,28 muertes por cada mil nacidos vivos. Esta tasa, subraya la agencia federal, es 1,7 veces más alta respecto a la más baja de 8,27 en Massachusetts.
La media nacional para este grupo es de 11,10, aunque hay siete Estados, además de Massachusetts, en los que la tasa era “significativamente” más baja, entre ellos Iowa (8,46), Washington (8,55), Nueva York (8,77) y Colorado (8,87). La tasa era en cambio “significativamente” más elevada en otros seis Estados (además de Wisconsin), por ejemplo en Ohio (13,46), Alabama (13,40) e Indiana (13,26).
Diferencia “muy elocuente”
Sorprende en particular, afirman desde el CDC, el hecho de que la tasa más baja de mortalidad entre niños de mujeres negras no hispanas — 8,27 en Massachusetts — era con todo superior a la más alta registrada entre niños de mujeres blancas no hispanas (7,04 en Arkansas) y entre niños de mujeres hispanas (7,28 en Michigan).
Hay que observar también que la tasa media nacional de mortalidad entre niños de mujeres negras no hispanas (11,10 por cada mil nacidos vivos) es más del doble respecto a la de los niños de madres blancas no hispanas (4,95) y la de las mujeres hispanas (4,99).
Como decía el autor principal de la investigación, T.J. Mathews, demógrafo en el National Center for Health Statistics dei CDC, citado por el sitio Fatherly.com, “para las personas que no suelen reflexionar sobre este tema, esto dice mucho”.
La excepción de California
Aunque la mortalidad infantil permanece estable en el periodo 2014-2016 en EE.UU., en un Estado de la Unión, California, se registran en cambio progresos alentadores. En el Golden State, explicaba el Daily Mail del pasado 9 de agosto, los médicos habían observado este alarmante fenómeno hace ya veinte años, y “desde entonces han trabajado metódicamente para mejorar las posibilidades de vivir de los recién nacidos”.
En este Estado, que no sólo es el más popoloso de todos los EE.UU. gracias a su población de casi 40 millones de habitantes, sino también donde nace un niño americano de cada 8 (488.827 en 2016), la mortalidad perinatal ha disminuido un 8%, de 5,22 fallecimientos por cada 1.000 nacidos vivos en 2014 a 4,79 en 2016.
Lo que marca la diferencia es un programa lanzado hace veinte años por iniciativa del doctor Jeffrey Gould, neonatólogo en San Francisco, y que con el nombre de California Perinatal Quality Care Collaborative (CPQCC) incluye 140 Unidades de Terapia Intensiva Neonatal (NICU en inglés) diseminadas por todo el territorio del Estado, y cuya red recoge datos procedentes del 90% de los hospitales californianos. El modelo de la CPQCC ha sido copiado por la mayor parte de los Estados de la Unión, en algunos casos con el apoyo financiero de la CDC.
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1] Por infant mortality o mortalidad se entienden los fallecimientos de niños en el primer año de vida. Respecto a los niños nacidos muertos o fallecidos en la primera semana de vida, se habla de mortalidad perinatal o neonatal (en inglés, perinatal o neonatal mortality).