Los más pequeños pueden comenzar a practicar esta virtud, que es amiga de la fortaleza.
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Seguro que les ha ocurrido. Hablan en familia sobre la necesidad de hacer algo y todos están de acuerdo en que sí, “alguien” debería hacerlo. Pero a la hora de la verdad, nadie asume esa responsabilidad, pasan los días y la tarea sigue pendiente.
Todo aspiramos al bien, pero nos cuesta ponerle patas a esa decisión y hacer las cosas ya. El diccionario nos aporta su significado esencial: “osadía, valor”.
Decimos que una persona es determinada si muestra con hechos que concentra su energía en llevar a cabo algo y pone el esfuerzo necesario para concluirlo.
La determinación implica fuerza de voluntad y nos ayuda a hacer cosas que de por sí no nos apetecería o no nos gustaría.
Cuando nuestra inteligencia ve que algo es bueno y queremos conseguirlo, la determinación ayuda a que pongamos los medios necesarios hasta lograr el objetivo. Entonces, inteligencia y voluntad se ayudan: cuanto más conozco algo bueno, más quiero poseerlo, y cuando más hago eso bueno, mayor grado de conocimiento tengo.
Hacer actos con determinación nos prepara para cuando llegue en su día una situación costosa y haya que decidir algo que no agrada. ya habremos hecho “músculo” y aquello que nos supone “ir cuesta arriba” parecerá más ligero de sobrellevar.
¿Cuándo un niño aprende a ser determinado?
Cada día de su vida:
Cuando hace un puzzle y no lo deja a medias sino hasta encajar la última pieza.
Cuando aprende a montar en bici (y no repara en intentos fallidos).
Cuando hace la tarea del colegio y no deja trabajos para última hora de la noche.
Cuando se propone dejar ordenada su habitación y cada día hace sus pinitos.
Cómo ayudar a un niño a ser determinado
1. Pregúntale qué es lo que le importa. Si algo le importa, eso lo estimulará a luchar por alcanzar esa meta.
2. Ayúdale (sé positivo en los comentarios, pero no hagas tú el trabajo) a que termine lo que comenzó.
3. Señálale herramientas o modos de hacer que le orienten a la hora de lograr la meta. Pero, ojo, que sea él quien lo haga.
4. Si hay fracaso, hablad de ello y sacad lecciones para aprender.
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