Según el Nuffield Council on Bioethics, intervenir el ADN humano “no es moralmente inaceptable”
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En Gran Bretaña, un ente no gubernamental relevante, el Nuffield Council on Bioethics (NCB), se expresó el pasado mes de julio sobre uno de los argumentos más “calientes” en el campo bioético: el llamado editing genético de embriones humanos.
En un nuevo informe, o quizás mejor, dictamen, titulado Genome editing and human reproduction: social and ethical issues, este organismo fundado en 1991 y financiado por la Nuffield Foundation, por el Medical Research Council y por el Wellcome Trust [1] sostiene que intervenir en el llamado “código de la vida”, o sea, el ADN humano, es “éticamente admisible”.
Pero sólo si se garantizan dos principios, subraya el texto: por un lado, el bienestar de la futura persona, y por el otro lado, la justicia social y la solidaridad, en el sentido de que “tales intervenciones no tienen que producir o exacerbar la división social, o marginalidad, o desfavorecer a grupos sociales”.
“Nuestra opinión es que el editing del genoma no es moralmente inaceptable de por si”, declaraba la presidenta del Working Party o grupo de trabajo, Karen Yeung. “No hay motivos para descartarlo por principio”, prosiguió la profesora de Ley, Ética e Informática en la Universidad de Birmingham, citada por el Guardian.
Editing genetico
No es la primera vez que este ente independiente con sede en Bedford Square, en el centro de Londres, revoluciona al mundo científico. Hace seis años, en 2012, el Nuffield Council of Bioethics había abierto las puertas a la discutida técnica del llamado three-parent baby, es decir, la fecundación in vitro a tres padres (dos mujeres y un hombre) para impedir la transmisión de enfermedades hereditarias de las mitocondrias. A renglón seguido, el Reino Unido aprobó la técnica en febrero de 2015.
Lo que hace el editing genético muy delicado y por ello controvertido es el hecho de que prevé también la posibilidad de hacer modificaciones en la “línea germinal”, y que afectaría también a óvulos y espermatozoides. De esta manera, los cambios aportados al patrimonio genético del embrión se volverían permanentes y pasarían de generación en generación.
En un primer momento, el objetivo del editing será la “prevención de la herencia de una enfermedad genética específica”, explicaba la Yeung, citada por el sitio Gizmodo.com. Pero se podría ir más allá. Según la presidenta del organismo, la técnica tiene “el potencial para convertirse en una estrategia alternativa a disposición de los padres para lograr una gama más amplia de objetivos”.
Precisamente este último aspecto es preocupante, porque abre el camino a los llamados designer babies, o bien, a niños concebidos “a la carta” o “a medida” según los deseos de los padres, que quieren lo mejor para la prole. Para Jim Denison, en el sitio ChristianHeadlines.com, los aspectos negativos del editing genético embrionario “asustan”.
“Si un embrión puede ser modificado genéticamente para prevenir enfermedades, ¿podría también cambiarse para mejorar sus capacidades?”, pregunta el autor, poniendo un ejemplo: “Una hormona genética (conocida como EPO) [2] está ligada a la actividad muscular; ¿un embrión podría ser proyectado para producir más EPO y aumentar así la fuerza muscular?”, continúa Denison, quien recuerda que las mutaciones genéticas pueden producir efectos no deseados, que se manifestarán sólo cuando la persona ya ha nacido o pasen los años.
CRISPR-Cas9
De hecho, un aspecto que invita a la cautela es que el procedimiento más utilizado por la comunidad científica para el editing del genoma humano, las llamadas “tijeras” moleculares CRISPR-Cas9, podría causar mayores daños genéticos de cuanto se pensaba hasta ahora.
Lanzó la alarma una investigación llevada a cabo por científicos del Wellcome Sanger Institute y publicada el 16 de julio en Nature Biotechnology. La técnica lleva a “grandes borrados y reordenaciones genómicas más complejas”, escriben los autores, Michael Kosicki, Kärt Tomberg y Allan Bradley.
“El daño genómico observado en las células mitóticamente activas causadas por el editing CRISPR-Cas9 puede tener consecuencias patógenas”, prosiguen los autores. Esto significa que algunas terapias basadas en la técnica no son tan seguras. “Existe el riesgo de causar un cáncer antes o después en la vida de un paciente”, dice uno de los autores, Allan Bradley. “Debemos entender más antes de lanzarnos a experimentaciones clínicas humanas”, añade.
Algunas reacciones
Mientras hay quien considera “monumental” el día en que veamos al primer bebé humano fruto del editing genético, el informe del Nuffield Council on Bioethics suscita también perplejidades. Palabras fuertes ha usado el ex biólogo molecular David King, director de Human Genetics Alert, que habla de “vergüenza absoluta” y advierte además en el sitio Sputnik sobre una deriva eugenésica para excluir de la sociedad a los humanos de nivel genético inferior, similar a la que estuvo en la base del Holocausto.
“Tenemos prohibiciones internacionales sobre la ingeniería genética con fondo eugenésico para 30 años. Pero este grupo de científicos cree que sabe más”, dijo también King a la BBC, recordando que hace 15 años el pueblo británico dijo no al alimento genéticamente modificado (GM). “¿Se supone que queremos niños GM?”, pregunta.
Según Marcy Darnovsky, directora ejecutiva del Center for Genetics and Society (una organización sin ánimo de lucro con sede en Berkeley, California), los autores del informe han “puesto la alfombra roja a un uso ilimitado de la ingeniería genética heredable” y a “una edad de oro en las que unos serán tratados como ‘pudientes’ genéticos y el resto de nosotros como ‘no pudientes’”.
“A primera vista, el editing genético de embriones humanos para tratar enfermedades parece un proyecto loable. Pero la realidad es mucho más compleja”, explica a su vez el sacerdote y neurocientífico Tadeusz Pacholczyk, del National Catholic Bioethics Center en Philadelphia, Pennsylvania, entrevistado por la Catholic News Agency (CNA).
“El permiso de investigar sobre la modificación genética de embriones abrirá las puertas a una posterior sumisión de seres humanos vulnerables y embrionales, individuos en las primeras fases de su existencia que serán creados en ambientes inadecuados, manipulados, maltratados y que acabarán muriendo como parte del experimento”, advierte el padre Pacholczyk, citando el documento vaticano Dignitas Personae: “El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida” (n° 4) [3].
Recomendaciones
El informe del Nuffield Council on Bioethics formula también una serie de 15 recomendaciones, dirigidas a los organismos de investigación (1-2), después al gobierno británico (3-7) y a los gobiernos y en a los gobiernos en general, también fuera del Reino Unido (8-12), y finalmente en materia de permisos y reglamentaciones (13-15).
Dirigiéndose al gobierno británico, el documento subraya por ejemplo que antes de cualquier iniciativa para enmendar la ley “debería haber suficientes oportunidades para un debate social amplio e incluyente” sobre el tema, que debería “alentarse y apoyarse sin duda” también a nivel transnacional.
Se recomienda también a los gobiernos del Reino Unido y de otros países que colaboren con las instituciones internacionales de los Derechos Humanos, como el Consejo de Europa y la UNESCO, para promover el diálogo internacional y la governance en materia de innovación e investigación sobre el editing del genoma heredable.
El texto recomienda finalmente un control “lo más estricto posible” del impacto de estas intervenciones en los individuar y en la sociedad, “durante generaciones”, compatible con la privacidad de las personas involucradas.
Sea como fuere, además de los temores sobre la factibilidad técnica y la seguridad del editing genético, el informe plantea muchas dudas fundamentales de naturaleza ética y social para el futuro de la humanidad. En este contexto, conviene recordar el viejo principio mencionado por el papa Francisco en su discurso a los participantes en la IV Conferencia Internacional de Medicina regenerativa promovida por el Pontificio Consejo de la Cultura. “No todo lo que es técnicamente posible o factible es por lo mismo éticamente aceptable”, dijo el Pontífice el pasado 28 de abril.
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1] La Wellcome Trust es, después de la Bill & Melinda Gates Foundation, la segunda fundación benéfica más rica del mundo.
2] El EPO o eritropoyetina es una hormona utilizada para curar por ejemplo las anemias, pero es también (ab)usada por atletas y deportistas como doping.
3] El pasaje es a su vez una cita de otro documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Donum Vitae (Parte I,1).