Una emblemática construcción histórica que cumple 400 años y que ha permanecido en pie pesar de todas las dificultades. Descúbrela en imágenes La iglesia San Francisco es el edificio más antiguo de Santiago, cumple 400 años durante el mes de septiembre, es también la obra que da inicio de uno de los barrios más hermosos de la capital de Chile, el barrio París-Londres. Esta edificación también ha sido objeto de leyendas, como túneles secretos que recorrían todo el centro de la capital; sin embargo, esto se encuentra descartado por los mismos franciscanos.
Chile es conocido por sus grandes terremotos, sin embargo, esta iglesia es un ejemplo de su nivel de construcción y solidez, en 2010 soportó el último gran terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter.
En 1572 la orden Franciscana comenzó la construcción de este templo, parte de la cual se derrumbó con un terremoto de 1583. Finalmente, la obra fue terminada en 1618 por el arquitecto de la época, Fray Antonio.
Fue Fermín Vivaceta, arquitecto chileno, quien construyó en 1857 una torre para el reloj de cuatro esferas; el que dejó de funcionar a fines del siglo XIX. Recién el próximo 23 de septiembre la Orden Franciscana firmará un convenio de colaboración con la Corporación del Patrimonio Cultural de Chile para su reparación y el de la cruz.
Su construcción original era en planta de cruz latina, sin embargo, después de que casi fue destruida por un terremoto se decidió levantar un templo con una nave central y dos capillas laterales, con piedra blanca, la madera de los bosques de La Dehesa, y para los pilares cipreses cordilleranos.
Es en el Siglo XX cuando se decide pintar su exterior en un tono rojo “colonial”, el que se mantiene hasta el día de hoy. En su interior se aprecia el perfecto artesonado que adorna el cielo de la nave central del templo, además de conformar el techo, contribuye a la solidez de la estructura y que tantos terremotos le ha permitido sobrevivir.
En uno de los costados, en una vitrina, se aprecia la imagen de “El Señor de la Caña”, imagen en madera policromada, traída de Perú.
En el altar principal de la iglesia es posible apreciar uno de los más grandes tesoros coloniales de nuestro país, La Virgen del Socorro o Virgen del Bulto, que corresponde a la primera imagen católica llegada a Chile y que le perteneció al conquistador español Pedro de Valdivia. Sin duda uno de los más grandes tesoros que se tiene de la época.
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