Le detuvieron en una marcha tras forcejar con las fuerzas de seguridad. ¿Fue esa detención “una señal” al Papa?
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El dirigente social argentino Juan Grabois permaneció unas horas detenido y la noticia estalló por los portales: detienen al amigo del Papa. ¿Qué ocurrió? ¿Fue esa detención “una señal” al Papa?
Quién es Juan Grabois
Una de las particularidades que tenía Jorge Bergoglio antes de ser Papa, como la tienen muchos otros sacerdotes, y en general, las personas, es que cuando alguien lo contactaba para conversar, informar, rezar, o lo que sea, él no ignoraba ese pedido.
Si alguien le escribía, él respondía. Eso ocurría con todos. Su correo, su teléfono, no era algo misterioso y secreto. Si alguien escribía o llamaba al Arzobispado de Buenos Aires, él retribuía el contacto.
Eso hizo el abogado Juan Grabois en 2007: escribió al cardenal Jorge Bergoglio.
Grabois había fundado tras la crisis suscitada en 2001, cuando tenía apenas 18 años, el Movimiento de los Trabajadores Excluidos.
Algunos años más tarde, Grabois invitó al entonces Arzobispo de Buenos Aires a una actividad de su agrupación denominada Por una sociedad sin esclavos ni excluidos.
El cardenal Bergoglio respondió al pedido de contacto, se disculpó por no poder asistir, y convocó a Grabois a conversar. A partir de eso, se fueron repitiendo encuentros, y ante la asunción de Francisco, comenzó a presentarse a Grabois como “el amigo del Papa”.
Que Francisco no ignora a Grabois, y que le manifestó cercanía y confianza, no es novedad. Si el Papa no hubiese conocido a Grabois difícilmente éste hubiese llegado a ser designado consultor del Pontificio Consejo Justicia y Paz.
Tampoco es novedad que el Papa ha alentado siempre a los jóvenes a comprometerse por los demás, y es absolutamente coherente el que el Papa se haya sentido conmovido por la acción de Grabois con un movimiento que en general aúna a personas sin afiliación sindical, trabajadores excluidos del sistema, absolutamente vulnerables y en muchos casos indocumentados.
Tampoco es novedad que Grabois, que se identifica como cristiano, tiene contacto y relación con otros obispos en la Argentina. También es cierto que él, más allá de que no ha hecho un extremo alarde de esa amistad que lo “popularizó”, la admite y expresa sin problemas. En la página de Internet del MTE se dice explícitamente que el movimiento “conoció al Papa Francisco y estrechó lazos de amistad tan profundos que hoy perduran”. Es muy probable que su obra, sin embargo, no hubiese trascendido sin ese vínculo.
Pero también es cierto que el modus operandis con el que en ocasiones se expresa su Movimiento, como cortes de calle, pueden ser opinables. También sus ideas. Y en ese sentido, no es objetivo identificar al Papa con Grabois por el solo hecho de tener un vínculo afectivo o porque ambos sostengan y enarbolen la idea del Techo, la Tierra y el Trabajo. Tampoco es objetivo identificar a Francisco con funcionarios oficialistas como María Eugenia Vidal o Carolina Stanley, más allá de que haya evidente afinidad entre ellos y que también promuevan, por vías distintas a las de Grabois, el Techo, la Tierra y el Trabajo.
Juan Grabois y su detención
Esta semana Juan Grabois fue detenido durante unas horas tras forcejear con las fuerzas de seguridad que habían previamente detenido a dos migrantes de Senegal que vendían productos en las calles sin autorización legal para hacerlo, popularmente denominados “manteros”. Según la policía, “en el marco de un procedimiento por el restablecimiento del espacio público, fueron detenidos 5 hombres y 1 mujer, bajo los cargos de ‘Atentado y Resistencia a la Autoridad’. Uno de los detenidos es el dirigente de la CTEP, Juan Grabois”
Según expresó Grabois tras ser liberado: “Aquí estamos con trabajadores migrantes de Senegal, junto a militantes sociales. Hemos sufrido todo tipo de maltratos. Hemos sido detenidos de forma arbitraria y hemos sido hostigados por nuestra pertenencia política y organizativa. Nosotros le pedimos al pueblo que haga sonar el repudio por estos actos de intimidación que se dan en un marco de la entrega de nuestro país al FMI, el saqueo de nuestros recursos y el hambre y la miseria de las mayorías populares”.
Inmediatamente tras su detención, políticos y dirigentes afines a Grabois comenzaron a achacar al gobierno y a funcionarios por la liberación. Grabois fue liberado. El titular de la noticia fue que había sido detenido el amigo del Papa. No se falta a la verdad. Pero esa amistad no convierte a Grabois en la Iglesia, como tampoco ocurre con funcionarios como Stanley, Vidal, rabinos como Abraham Skorka, pastores protestantes, periodistas de uno y otro lado, etc…
Identificar a Grabois, su lucha y método, con el Papa Francisco, parece ante todo, un mecanismo sensacionalista.
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