¡La “Pequeña Italia” de Nueva York tiene un nuevo residente!
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El mes de septiembre en Little Italy es una de las épocas más festivas y esperadas del año para los neoyorquinos: la fiesta de san Genaro.
Lo que comenzó hace más de cien años en la comunidad inmigrante italiana en Estados Unidos como una simple misa y procesión para celebrar la fiesta de su querido patrón, se ha convertido en una verdadera celebración de todo lo que es italiano.
Es una época en la que los vendedores ambulantes y los dueños de tiendas se reúnen apretados en la calle Mulberry, con mesas y parrillas que hacen que la calle, ya de por sí no muy ancha, sea casi intransitable.
Los olores a salchichas, pimientos y zeppoli llenan el aire junto con la serenata de risas y cháchara alegre de quienes transitan lentamente por la avenida con sus helados goteando al calor del menguante sol de verano.
Sin embargo, a los asistentes al festival del 2018 les aguardaba una sorpresa inesperada. Fue un año muy especial. Con el telón de fondo de la algarabía de la calle Mulberry, otro santó entra en escena, para deleite de la comunidad italiana local.
Este santo venía representado en forma de estatua de bronce de media tonelada y se ha convertido en un accesorio permanente frente a la basílica de la Antigua Catedral de San Patricio.
¡Mira las fotografías!
El escultor Timothy Schmalz, famoso por crear la provocativa escultura de “Jesús Sin Techo” (Jesus Homeless) que evoca el sentido de la presencia de Cristo en los pobres y marginados, ha creado una escultura de tamaño natural “interactiva” del santo Padre Pío escuchando en confesión.
Titulada “Te absuelvo” (I Absolve You), la escultura fue un generoso regalo de la Fundación San Pío a la parroquia y a la comunidad local.
La asombrosa escultura representa la misericordia de Jesucristo, presente en la cruz, a través de una imagen, a un lado, de un penitente implícito y, al otro lado, del Padre Pío como si estuviera escuchándolo una confesión in persona Christi.
La escultura invita al espectador a sentarse junto al Padre Pío y reflexionar sobre el poder del amor y la misericordia de Cristo de una forma muy física y tangible.
Así que Little Italy dio la bienvenida a un nuevo residente. Uno a quien encontrar sentado en la calle Mulberry a la sombra de la gran antigua basílica, esperando almas; almas necesitadas de curación… almas necesitadas de amor… almas necesitadas de misericordia… como todos y cada uno de nosotros.
Hoy se conmemora el aniversario de la muerte del Padre Pío, que una vez dijo: “Después de mi muerte, haré más. Mi verdadera misión comenzará después de mi muerte”.
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Mientras este monumento a la misericordia ocupa su lugar en las ruidosas calles del bajo Manhattan, parece evidente que sus oraciones están siendo derramadas sobre una gran ciudad herida por el pecado.
Llama silenciosamente a todos los que pasan invitándolos a un encuentro con la misericordia de un Salvador amoroso, tal y como hizo el Padre Pío en vida.
San Padre Pío, por favor, ruega por nosotros.