Los arqueólogos intentan seguir los pasos de los antiguos israelitas cuando huyeron de Egipto
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La historia de los israelitas en su salida de Egipto cubre gran parte del Pentateuco (los primeros 5 libros del Antiguo Testamento), pero la escasa evidencia arqueológica de esta gran huida ha llevado a los expertos a cuestionar su autenticidad. Durante mucho tiempo se ha creído que los israelitas eran en realidad nativos de Canaán, una antigua región que abarca gran parte del Israel actual.
Sin embargo, ahora estas suposiciones están en tela de duda, ya que un nuevo análisis de unas ruinas cerca del río Jordán podría ser la prueba de que una sociedad israelita nómada cruzó la tierra viniendo del exterior.
En las ruinas, llamadas Khirbet el Mastarah, las excavaciones arqueológicas han revelado restos de cerámica que datan de la Edad de Hierro temprana, una época tradicionalmente asociada con la huida de los israelitas de Egipto. Estos artefactos se descubrieron fuera de una serie de muros bajos de piedra, que se cree que son unos rudimentarios vallados de piedra para los animales.
El doctor David Ben-Shlomo y su compañero de excavación estadounidense, Ralph Hawkins, de la Universidad Averett, dirigen la iniciativa en Khirbet el Mastarah. Ellos creen que podría tratarse del primer registro que se haya descubierto de este relato bíblico. Según dijo Ben-Shlomo:
“No hemos probado que estos campos sean del período de los primeros israelitas, pero es posible. De serlo, esto podría encajar en la historia bíblica de que los israelitas vinieron del este del río Jordán, luego cruzaron el Jordán y más tarde entraron en la región montañosa de Israel”.
En el yacimiento, el equipo observó señales claras de que hubo una vez un asentamiento en la zona. Identificaron los muros bajos de piedra como un vallado para animales, a partir de lo que saben de las prácticas de asentamiento de los beduinos —árabes nómadas de los desiertos de Oriente Medio— que vivían en tiendas de campaña hechas de materiales perecederos y que no habrían necesitado paredes de piedra. El equipo concluyó que “las estructuras podrían haber albergado animales, en lugar de personas, que vivían en tiendas de campaña a su alrededor”.
Hay más pruebas derivadas de la ubicación aislada del campamento. El hecho de que escondieran su campamento en las colinas sugiere que los residentes de Khirbet el Mastarah temían las hostilidades de los lugareños al entrar en una nueva tierra. Según el doctor Ben-Shlomo:
“Yacimientos como Khirbet el Mastarah y otros similares en el valle del Jordán parecen –al menos según los materiales analizados– surgir repentinamente durante la Edad de Hierro (…).
Dado que esta área no estuvo densamente poblada en muchos períodos, esto podría indicar un nuevo fenómeno, como nómadas que crearon repentinamente asentamientos, o una nueva población”.
Las muestras de suelo se están analizando para confirmar las fechas hipotéticas establecidas por el equipo de Ben-Shlomo, pero no se esperan resultados hasta dentro de unos meses.
Mientras tanto, el equipo arqueológico se está preparando para excavar el yacimiento cercano de Uja el-Foqa, para determinar si tiene algún vínculo con los asentamientos israelitas de la región. Por desgracia, dicen que esta tarea puede ser difícil debido a las similitudes culturales entre los israelitas y los que vivían en esta área antes del Éxodo:
“Es difícil, ya que muchos aspectos de la cultura material de los diferentes grupos (por ejemplo, los del este u oeste del río Jordán) podrían ser demasiado similares o no ser suficientemente reveladores”, afirmó el doctor Ben-Shlomo.