Lo revela una serie de estudios publicados en el “Bulletinque e épidémiologique hebdomadaire”
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La depresión está en aumento en Francia. Lo revela una serie de estudios de Santé publique France hechos públicos el martes 16 de octubre en la página web del Bulletin épidémiologique hebdomadaire (BEH).
De una encuesta realizada entre 25.319 persone pertenecientes a la franja de edad entre los 18 y 75 años, se desprende que en 2017, el 9,8% de los entrevistados — o sea, casi una persona de cada diez — experimentó en el transcurso del año al menos un EDM o episodio depresivo mayor. Sr trata, explica el primer estudio de la serie, realizado por Christophe Léon y compañeros, de un aumento del 1,8% respecto a 2010.
La tasa es por lo demás dos veces más alto entre las mujeres que entre los hombres: el 13% contra el 6,4%. Como posible explicación por esta discrepancia, que como una especie de hilo conductor atraviesa casi todo el informe, los autores no excluyen que los hombres sean menos propensos o favorables a admitir su depresión.
Como subraya el estudio, un EDM es mucho más grave que “estar un poco de bajón”. Se trata de una patología a todos los efectos, que se caracteriza por un periodo de al menos 15 días de bajada del tono del humor o tristeza y por una pérdida de interés por casi cualquier actividad, y esto de manera continuada y durante la mayor parte del día, todo ello acompañado por al menos tres síntomas secundarios, por ejemplo aumento o bajada de peso, trastornos del sueño y pensamientos recurrentes de muerte.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el fenómeno de los EDM ha afectado en 2015 a nivel global a 300 millones de personas.
Franjas y grupos sociales
Como se ha mencionado, la incidencia de EDM en 2017 entre las personas de la franja de edad entre 18 y 75 años era del 9,8%, un aumento de casi dos puntos porcentuales respecto al 8% registrado en el año 2010 (sobre una muestra de 7.935 personas) y al 7,9% en 2005 (sobre una muestra de 16.184 personas).
En lo que respecta a los factores sociodemográficos, la investigación muestra que los estados depresivos pueden estar vinculados a la situación conyugal de las personas, de manera especial si han vivido alguna forma de “ruptura” o separación, muerte del cónyuge o divorcio.
También está muy expuesta a episodios depresivos mayores la categoría de los desempleados. En este grupo social los EDM registraron en el periodo 2010-2017 un incremento de más de 5 puntos porcentuales. En el mismo periodo, el aumento de los episodios depresivos entre las personas con bajos niveles de renta superó los tres puntos porcentuales. Elevado también es el aumento observado entre 2005 y 2017 entre los estudiantes: 4 puntos porcentuales.
Hombres y mujeres
En el periodo 2010-2017 el estudio muestra aumentos de episodios depresivos de 4,4 puntos porcentuales entre las personas pertenecientes a la franja de edad entre los 35-44 años y de 2,6 puntos entre las de la franja de 65-75 años. En cambio, en lo que respecta a todo el periodo 2005-2017, entre las personas de la franja de 25-34 años, los EDM han aumentado 2,7 puntos porcentuales y de 2,2 puntos entre las personas pertenecientes a la franja 35-54 años.
Mientras que entre la población de sexo masculino, la incidencia o prevalencia de EDM permaneció estable en el periodo que va del 2005 al 2017, entre las mujeres en cambio se ha registrado en 2017 un incremento de 2,7 puntos porcentuales respecto al 2010.
Respecto a la población femenina, en el periodo 2010-2017 se han registrado aumentos significativos de EDM en la franja de los 35 a los 44 años y de los 65 a los 75 años, de 5,5 puntos y de 3,3 puntos porcentuales respectivamente. Respecto al 2005 en cambio, entre las mujeres de la franja de los 55 a los 64 años, el aumento fue en 2017 de casi 4 puntos.
La población activa ocupada
Un segundo estudio, llevado a cabo esta vez por Virginie Gigonzac y compañeros, y basado en los datos relativos a 14.520 personas activas ocupadas, muestra en esta categoría una incidencia de episodios depresivos mayores cercana al 8,2% en los 12 meses de 2017. Como recuerda la investigación, los estados depresivos tienen un impacto directo en la vida profesional de las personas, sobre su capacidad laboral y productividad, y son también causa de un “fuerte absentismo”.
La prevalencia de EDM entre las mujeres era dos veces más elevada respecto a la registrada entre la población activa ocupada de sexo masculino: el 11,4% contra el 5,3%. Los EDM moderados y graves representaban además el 95% del total, y esto independientemente del sexo, añade la investigación.
Mientras que entre los hombres, los pertenecientes a la franja de edad de 25 a 34 ali y de los 35 a los 44 años registraban las tasas de episodios depresivos más elevadas (respectivamente del 6,5 y del 6,3%), entre las mujeres no se ha observado alguna diferencia significativa entre las varias franjas de edad.
Categorías profesionales
Con excepción de la categoría de los cultivadores directos (agriculteurs exploitants), donde la prevalencia de episodios depresivos era para ambos sexos de aproximadamente el 6,5%, para todas las demás categorías socio-profesionales, las incidencias eran dos veces más altas entre las mujeres que entre los hombres, indica el informe.
Mientras que los que presentaban los niveles de EDM más elevados eran los profesionales llamados “intermedios” y los empleados — del 12% aproximadamente entre las mujeres al 6% aproximadamente entre los hombres –, la categoría menos afectada por los episodios depresivos era la de los dirigentes, el 4,5%.
En lo que respecta a los hombres, las tasas de incidencia de EDM hicieron registrar diferencias “significativas” según el sector de actividad, observa el informe. Los hombres que trabajan en los sectores de servicios de alojamiento y restauración, actividades financieras y artes y espectáculos eran los que tenían más riesgo de episodios depresivos mayores.
Además de las mujeres que trabajan en el sector de la construcción, también las activas en los sectores de los servicios de alojamiento y restauración, y en el de las artes y el espectáculo, manifiestan más a menudo episodios depresivos mayores, que menciona también otro factor de riesgo más elevado por el surgimiento de EDM: las exposiciones profesionales psicosociales.
De hecho, tanto para los hombres como para las mujeres, el hecho de haber sufrido amenazas verbales en el puesto de trabajo, o aún peor, el hecho de haber sido heridos físicamente, constituye un elemento de riesgo más elevado de verse afectados por episodios depresivos mayores.
Los jóvenes de Utah
Que la depresión es una enfermedad peligrosa, lo demuestra también una investigación llevada a cabo entre adolescentes del Estado americano de Utah.
Del informe, según informa el diario Deseret News de Salt Lake City (13 de octubre), se desprende que los sentimientos de tristezza han llevado a más de un joven de cada cuatro en el Estado a pensar en el suicidio, y aproximadamente el 8% declara haber intentado al menos una vez quitarse la vida.
Niños y adolescentes pueden sentir tristeza, pero cuando los sentimientos de desesperación persisten durante dos semanas o más, “hasta el punto de que se hace difícil disfrutar de las actividades o llevar a cabo tareas cotidianas”, entonces puede llevar a la depresión, escribe el diario, citando el 2017 Utah Adolescent Health Report.
En 2013, casi la quinta parte, o sea el 20,8%, de los 34.229 estudiantes implicados en el survey se declaraban “deprimidos”, un porcentaje que subía a 24,7% en 2015 y al 27,3% el año pasado.