La voz del médico cardiólogo especializado en el estudio de los milagros eucarísticos desde el medioevo hasta nuestros días ¿Existe una relación entre los milagros eucarísticos y la Sábana de Turín? Sí, opina el doctor Franco Serafini, cardiólogo, autor del Libro: Un cardiologo visita Gesú. I miracoli eucaristici alla prova della scienza (editoria ESD, 2018) tras numerosas pruebas científicas recogidas.
Serafini también ha dado su testimonio en el documental “Signos” sobre los ‘milagros eucarísticos’ producido por el Dicaterio de la Comunicación de la Santa Sede y que ha sido presentado a la prensa internacional el 30 de octubre 2018 en la Filmoteca Vaticana.
Los milagros eucarísticos se caracterizan por dos elementos: la transformación de la hostia en tejido cardiaco, específicamente del miocardio, y sangre.
Serafini indicó que “en los estudios médico legales existe una relación interesante que se puede encontrar entre los milagros eucarísticos y la Sindone de Turín, y, en realidad, otras telas de la Pasión acreditados, pienso por ejemplo en la túnica de Agenteuil, el Sudario de Oviedo. Son otras telas que tienen también una tradición fuerte, pero poco conocidas en Italia”.
El también especialista de la Unidad Operativa de Cardiología del Hospital de Bentivoglio y de la USL de Bolonia sostiene que “hay aspectos en común muy interesantes y fuertes: el primero, sin duda, es el grupo sanguíneo, que es el mismo; cada vez que en los milagros eucarísticos se busca el grupo sanguíneo, éste pertenece al AB”.
“Y – agregó – es el mismo grupo (sanguíneo) que ha sido encontrado en la Sindone y en las otras telas sobre la Pasión. Es interesante porque aunque si no quisiéramos creer en la autenticidad del milagro eucarístico de Lanciano o de la Sindone de Turín y los consideráramos hechos por falsificadores, ciertamente el grupo sanguíneo no fue descubierto hasta el 1900-1901.
¿Cómo podía el falsificador en el medioevo adivinar el mismo grupo sanguíneo una, dos o tres, cuatro, cinco veces consecutivamente en épocas y en siglos distintos? Y esto da autoridad recíproca a la Sindone y a los milagros eucarísticos. Hay algo más: el sufrimiento”.
El médico cristiano católico, padre de dos hijos, asegura que su fe no le impide de leer con imparcialidad los datos científicos. “La Sindone nos muestra los signos evidentes del sufrimiento, de la flagelación, de la crucifixión, de la herida en el costado (derecho) y aquí tenemos el lenguaje del Evangelio de la Pasión, que los cristianos conocen bien.
Pero, también los milagros eucarísticos nos hablan con un lenguaje similar con métodos diversos y nos muestran la sangre y el tejido muscular: miocardio. Hablamos del sufrimiento de un paciente que sufrió traumas, que por ejemplo estaría recuperado en la cama en reanimación o en terapia intensiva.
En el primer o segundo día de ese cuadro clínico, es interesante notar, desde el punto de vista científico… No solo vemos el sufrimiento del tejido, sino también desde hace cuántos días está presente este sufrimiento. Y este dato es sorprendentemente coincidente con los datos del Evangelio de la Pasión y la imagen de la Sindone de Turín”, concluyó Serafini.