Una joven cristiana paquistaní cuenta a Aleteia cómo viven los cristianos los últimos acontecimientos de este caso
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Los cristianos de Pakistán viven con tensión las últimas noticias sobre el caso de Asia Bibi, la mujer cristiana acusada de blasfemar contra el islam y recientemente absuelta por el Tribunal Supremo. Según su abogado, que ha tenido que refugiarse en Holanda por amenazas contra su vida, la mujer ha sido excarcelada en las últimas horas de la prisión de Multan en la que ha estado los últimos 8 años.
El Gobierno, por su parte, asegura que no ha dejado el país, como informan algunos medios de comunicación internacionales, sino que ha sido llevada a Islamabad a un lugar seguro y desconocido, por temor a que atenten contra su vida, informa Reuters.
La absolución de Asia Bibi provocó en los últimos días oleadas de protestas por parte de los musulmanes radicales del TLP, que exigen la revisión de la sentencia y la condena a muerte. Tras días de violentas manifestaciones, el Gobierno de Imran Khan accedió a pactar con el TLP una serie de acuerdos, entre los que se incluyen la revisión de la sentencia y la prohibición a Asia Bibi de abandonar el país.
Los cristianos paquistaníes asisten, con esperanza pero también con renovados temores, a los acontecimientos, temiendo represalias en su contra, y extreman toda la prudencia. Según informa Asianews, en las predicaciones dominicales, los sacerdotes advirtieron a los fieles de que no comentaran o criticaran a líderes islámicos, ni citaran el nombre de Asia Bibi en las redes sociales.
El pasado 2 de noviembre, en el apogeo de las protestas violentas de los radicales, la edición italiana de Aleteia contactaba con una joven cristiana pakistaní, Zarish Neno, la cual expresaba el sentimiento de la comunidad cristiana: “Veo el miedo en las personas, especialmente nuestros hermanos y hermanas cristianas, que se han encerrado en sus casas y han limitado sus movimientos. Los que viven en zonas cristianas populosas están más asustados”.
Los cristianos, explicaba Neno, “temen que podrían quedar atrapados en esta situación y que su vida corra riesgo. Los niños no se sienten protegidos. Estamos haciendo lo mejor que podemos para estar a salvo y en la protección de nuestras casas”. Aseguraba también que se habían desplegado las fuerzas del orden “para proteger sobre todo las iglesias y las zonas donde hay un porcentaje alto de población cristiana”.
A pesar de los temores, para Zarish Neno la absolución de esta mujer ha supuesto una “revolución” para los cristianos paquistaníes, y reconocía que con el nuevo Gobierno, la situación había mejorado para ellos: “Los cristianos nos sentimos distintos después de este día revolucionario”. “Pasará tiempo, no obstante, hasta que los cristianos puedan volver a moverse libremente”, admitía.
La ley antiblasfemia, una de las más estrictas del mundo, fue introducida en 1986, por el general Zia-ul-Haq, sin pasar por el Parlamento. Aunque en teoría pretende defender al islam, según sus detractores, se ha convertido en un instrumento que favorece venganzas y atropellos contra las minorías religiosas.
En treinta años, se han registrado alrededor de 1.300 denuncias – la tercera parte de ellas contra cristianos – de las que se estima que el 80% son inocentes. Esta ley ha justificado también los asesinatos extrajudiciales (como la de los dos hermanos cristianos Rashid y Sajid Emmanuel, los esposos cristianos Shama y Shahzad Masih, el ministro católico Shahbaz Bhatti por defender a Asia Bibi, y muchos otros).
