La familia cristiana es la primera escuela de santidad, un entorno privilegiado para forjar el carácter y la conciencia. Santa Teresa del Niño Jesús quería y admiraba a su familia. Según decía de ellos: “El buen Dios me ha dado un padre y una madre más dignos del cielo que de la tierra”.
Como ella, muchos otros santos hijos o santas hijas de padres santos se criaron en un hogar en el que Dios ocupaba siempre el primer lugar, donde se enseñaba a vivir el Evangelio y a rezar diariamente. La Iglesia, al elevarles en los altares del honor, ofrece a los creyentes un ejemplo a seguir y, por su intercesión, una ayuda a la cual recurrir.
El ejemplo cunde
Y es que todos estos santos padres y madres, no transmitieron únicamente su fe, sino que la enriquecieron con su propia experiencia personal como algo vivo. Aquí leerás sobre diez ejemplos significativos que han marcado el cristianismo, empezando por santa Ana y san Joaquín, padres de santa María, Madre de Dios.