Estas razones nos recuerdan porqué nuestro lugar es seguro
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Cuando algo sale mal, puede ser muy fácil culparse. La cantidad de información y consejos sobre la educación de los hijos puede ser abrumadora, y los padres podemos sentirnos presionados para mantenernos al día.
El desaliento ante el desafío de educar a los hijos a menudo nos lleva a cuestionar nuestras habilidades, a preguntarnos si realmente somos escuchados por ellos y si lo estamos haciendo bien. La verdad es que tenemos más de una razón para confiar más.
Quien mejor puede educar a un ser humano es quien lo ama
El amor dirige naturalmente a los padres a proteger y cuidar a sus hijos desde que son pequeños hasta llegar a su adultez ocupándose de su bienestar físico y emocional. Nutren su capacidad para sobrevivir, y luego los ayudan a prosperar.
El padre que ama es quien puede hacer una diferencia en la vida de los hijos. Las palabras y sobretodo el testimonio de amor de un padre es lo que permite sembrar para cosechar más adelante cuando ellos formen sus propias familias, atrayendolos a los valores y dándoles herramientas para ser felices y hacer felices a los demás.
La paternidad consiste ser buenos padres, no perfectos
Los padres siempre tratan de hacer lo mejor para sus hijos, pero a veces el objetivo de ser un buen padre se convierte en tratar de ser un padre perfecto. La paternidad no está exenta de pruebas y errores. Cada hijo tiene necesidades propias y el mundo tampoco es un lugar fácil.
Es un error pensar que simplemente todo fluirá y saldrá como lo pensamos. Lo importante es dar lo mejor y enséñales a los hijos que si no tenemos una respuesta, existe siempre una manera de encontrar la solución si se trabaja en equipo.
La intuición de los padres es una brújula interna para guiar a los hijos
Si bien las sugerencias para el cuidado diario de un hijo pueden ser útiles, el mejor consejo proviene de poner la energía en conocerlo y escuchar los propios instintos.
La intuición de los padres, combinada con el conocimiento íntimo que tienen de su hijo, les brinda una perspectiva singular sobre cómo criarlo y una brújula interna con la que pueden contar cuando se trata de tomar decisiones importantes.
La intuición de los padres es un recurso poderoso. Einstein dijo que la mente intuitiva es un “regalo sagrado” y la mente racional es un “servidor fiel”. La mente intuitiva puede captar ideas que están fuera de la experiencia cotidiana, y la mente racional ayuda a poner esas ideas en acción.