“Fui por la reliquia de una beata y el Señor me sorprendió con su Milagro Eucarístico”
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Los milagros eucarísticos son manifestaciones extraordinarias que han ocurrido en la sagrada Hostia en diversos lugares del mundo y que las autoridades de la iglesia estudian con mucho cuidado. Regularmente ocurren mientras se celebra la misa, otros, antes o después de estas ceremonias en las que el sacerdote elevando al cielo el pan y el vino los consagra repitiendo las palabras de Jesús en la Última Cena, permitiendo su presencia, según la promesa recogida en varias citas de los evangelios.
Venezuela también ha experimentado este portentoso hecho, siendo el más reconocido el ocurrido el 8 de diciembre de 1991, en el marco de la festividad de la Inmaculada Concepción en el santuario de Betania, un montañoso lugar a las afueras de Cúa, estado Miranda, donde ha recocido la iglesia, se apareció la Virgen en 1976.
El capellán de este santuario era el padre Otty Ossa Aristizábal quien celebraba una misa ese 8 de diciembre. Al momento de consagrar el pan y luego dividirlo en cuatro partes, detalló que de los tres trozos colocados en la patena brotaba sangre.
Con el tiempo, ese milagro eucarístico fue entregado en custodia a las Agustinas Recoletas, permaneciendo en Los Teques, estado Miranda, en una capilla de adoración perpetua. Esta congregación fue fundada por la beata María de San José, la primera venezolana que subió a los altares, el 7 de mayo de 1995.
Nunca había escuchado del milagro
La capilla la “Transfiguración del Señor”, ubicada en la Casa Generalísima de las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, fue el lugar que visitó el padre Ender Ramón Moissant Ugarte. “Fui a buscar la Reliquia de primer grado de esta Beata, que es la primera religiosa venezolana elevada a los altares”, detalló en Facebook.
Consideró que la reliquia sería “un regalo maravilloso” para la parroquia Nuestra Señora del Valle en la diócesis de San Fernando de Apure, porque “de alguna manera marca nuestro caminar y viene a animarnos en la fe”.
“Pero al estando allí me hablan de un milagro eucarístico que ellas custodian en una Capilla de Adoración Perpetua, milagro sucedido en el Santuario de Betania hace 27 años”, y que viene a concretar un sueño de la Beata María de San José, de “permanecer día y noche a los pies del Santísimo Sacramento para fortalecerse en la caridad”, señaló.
Confesó que estaba un poco dudoso, porque “a decir verdad, nunca había escuchado de tal Milagro Eucarístico y mi profesor de Liturgia tenía cierto recelo con la experiencia en Betania”, narró el sacerdote. “En fin, me encaminé a la Capilla de Adoración Perpetua, y allí, hermanos míos, la experiencia fue inexplicable”, relató.
“Sentí poderosamente la presencia de Jesús, y una necesidad muy grande de postrarme”, escribió el padre Moissant Ugarte. “En un principio no podía articular palabras, y después, sin darme cuenta, me hallé agradeciendo, alabando y suplicando por tantas realidades: por el país, por toda mi comunidad parroquial, por la diócesis, por mis responsabilidades, por los benefactores, por mi familia y amigos”.
El padre Ender agradeció a las Hermanas Agustinas “por este regalo grande a la parroquia de la reliquia de la Beata María de San José”, y “por esta experiencia en la hermosa capilla de Adoración Perpetua y por todas las atenciones recibidas”.
La eucaristía sostiene a la Iglesia
En conversación exclusiva con Aleteia, el padre Ender Moissant, considera que la presencia de Jesús en la eucaristía es un regalo maravilloso que sostiene la Iglesia. “Esa presencia en ocasiones es perceptible, no solamente mediante la fe, sino a los sentidos”, indicó y es en el “milagro eucarístico, el que podamos ver y palpar esos signos sorprendentes”. “Cada vez que celebramos la misa, sucede el milagro”.
Razonó que la experiencia vivida en Los Teques, fue maravillosa. “Pero me quedo con lo que dice Jesús: “dichosos aquellos que creen sin ver”.
La Hostia Sangrante
En su momento el padre Otty explicó lo ocurrido en los siguientes términos: “Partí la Hostia en cuatro partes. Cuando miré el platillo, no podía creer lo que veían mis ojos: Vi una mancha roja formándose en la Hostia y de ella comenzaba a emanar una sustancia roja, de modo similar a la manera que sale la sangre por una perforación. Después de la Misa, tomé la Hostia y la protegí en el Santuario”.
“Al día siguiente”, escribe, “a las seis de la mañana, observé la Hostia y encontré que la Sangre era fluida y luego empezó a secarse. Sin embargo, hasta hoy, todavía luce fresca. Asombrosamente, la Sangre está solamente por un lado, sin pasar al otro lado a través de la excesivamente delgada Hostia”.
La Hostia fue analizada por 500 comisiones de la Organización Mundial de la Salud y se confirmó que la sangre del sacerdote no coincidía con la del milagro eucarístico ocurrido en Betania. De igual manera, los estudios demostraron que la sangre provenía del interior de la Hostia y coincidían con la de otros milagros eucarísticos ocurridos en el mundo. “Predomina el tipo de sangre AB positivo y el tejido de un corazón vivo”, reseñan diversos portales que han publicado sobre estos temas.