Se acerca la Navidad y con ella un clima de anticipación en los niños por los regalos que van a recibir.
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Muchas veces observamos con preocupación cómo se pierde el sentido de estas fiestas, y se comienzan a convertir en una época en la que sólo importa lo material.
Nuestros hijos pueden verse envueltos en este fenómeno, la emoción de abrir un regalo tras otro puede convertirse en una adicción y comienzan a sentir que nunca es suficiente. Es por esto que debemos tener muy en cuenta algunas maneras de hacerlos pausar y tomar conciencia de lo que verdaderamente importa.
En primer lugar debemos conversar con los abuelos y familiares para que las fiestas no se conviertan en una competencia de regalos. Debemos entender que ellos quieren ver la cara de alegría de los niños al abrir sus regalos, pero en ningún momento estos regalos deben ser desproporcionados o ser un obstáculo en la buena educación de nuestros hijos. Debemos orientarlos en las reglas del hogar, en lo que a nuestros hijos les gusta, y en lo que necesitan, para que los regalos se ajusten lo más posible a su realidad.
También debemos esmerarnos en enseñar a nuestros hijos que los regalos son algo que sale del corazón, y que le demuestran a una persona que pensamos en ella. Es importante que participen en los regalos que le hacemos a amigos, parientes o maestros. Podemos hornear con ellos algunas galletas de navidad y darlas de regalo, o hacer unas tarjetas con mensajes personalizados para los abuelos. De esta manera nuestros hijos entenderán que la importancia del regalo no está en su valor material, sino el amor y el cariño con el que lo regalamos.
Al comprarles sus regalos podemos seguir estas cuatro reglas:
1. Algo que desean: siempre es bonito mantener la ilusión de los niños de recibir en Navidad algo que realmente desean. Cuando nos concentramos en una cosa, los hacemos pensar en aquello que verdaderamente quieren en vez de nombrar muchas cosas que les gustaría tener.
2. Algo que necesiten: puede ser unas nuevas zapatillas de futbol pues ya las que tienen no le quedan, o una nueva mochila para la escuela. Recibir en Navidad algo que necesitan le da valor a las cosas que tienen y quitan la costumbre de pensar que todo lo que necesiten hay que comprárselos en el momento.
3. Algo para usar: los niños siempre necesitan algo del armario. Aunque a algunos no les haga gracia el hecho de recibir ropa, pues hay que esmerarse en conseguir algo que les haga ilusión y que comprendan que estos regalos también suponen esfuerzo.
4. Algo para leer: es una linda costumbre que nuestros hijos reciban un libro cada navidad. Un libro es un excelente regalo pues les abre la mente, fomenta su creatividad y genera el habito de la lectura frecuente. Hay que hacer el esfuerzo de conseguir algún libro que a nuestros pequeños les guste y les ilusione recibir en navidad.
Finalmente debemos esmerarnos en fomentar en nuestros hijos el agradecimiento. Hay muchos niños que ni siquiera en Navidad reciben un regalo. Debemos haceros entender que son privilegiados y que un manera de agradecer es dar. Es por esto que es bueno que en esta época participemos en familia en alguna actividad de caridad, para que experimenten en primera persona que la mayor alegría de la vida no se encuentra en recibir, sino en dar.