Lo que sientes en el trabajo puede tener una incidencia sobre tu descendencia. Un estudio publicado el 2 de enero en la revista científica ‘Journal of Occupational Health Psychology’ asegura que los hijos se verían afectados por el estrés profesional de sus padres
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Estrés, presión, conflictos… Después de una larga jornada de trabajo, a veces vuelves a casa (o dejas tu actividad laboral si estás teletrabajando) con los nervios a flor de piel y son tus hijos quienes pagan el pato: no has terminado de decir hola cuando ya estás elevando la voz porque hay un tren de juguete en medio del pasillo o porque los deberes no están hechos.
Lo cierto es que no extraña a nadie la conclusión de un estudio publicado el 2 de enero en Journal of Occupational Health Psychology: el estrés profesional puede tener consecuencias significativas para tu vida familiar e incluso para la salud de tus hijos.
No te estreses, ¡hay soluciones!
Para identificar este fenómeno, seis investigadores de las universidades de Lagos (Nigeria), San Bernardino (California, EE.UU.), Saint-Louis (Bruselas, Bélgica) y de Houston (Texas, EE.UU.), reunieron testimonios de niños de familias acomodadas y de otros hogares con recursos limitados.
Por medio de ejercicios y cuestionarios, los científicos querían evaluar la salud mental de los niños.
Pensaron que las respuestas de las familias acomodadas, sobre todo en Nigeria, podrían corresponderse a las de las familias estadounidenses con recursos, con un nivel de formación similar y con las mismas expectativas en su vida familiar.
Sin embargo, por sus observaciones dedujeron que el nivel económico de las familias no condiciona la actitud de los padres hacia sus hijos.
Los investigadores explican que lo más determinante es la capacidad que tenga el padre o la madre para gestionar su estrés.
“Si una madre o padre sufre demasiados factores de estrés, tendrá más dificultades para dominar sus emociones. La capacidad de los padres para gestionar sus emociones favorece la buena salud de los hijos”, explica Christiane Spitzmueller, profesora de psicología de organizaciones industriales en la Universidad de Houston y coautora del estudio.
Esto demuestra el comportamiento irascible e irreflexivo de unos padres estresados en exceso. Entonces, ¿cómo podemos permanecer serenos después de una difícil jornada laboral? Los autores del estudio proponen diferentes soluciones.
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Ganar autonomía en el trabajo disminuiría el estrés
Una de las claves que permiten atenuar el estrés laboral, según los investigadores del citado estudio, se encuentra en la autonomía del trabajo ejercido.
Si un padre o madre trabaja con la sensación de que es independiente y dueño de su situación, tendrá la impresión de controlar mejor su vida profesional, algo que podría reducir el estrés.
El estudio demuestra también que cuanta mayor es la exigencia del empleo y más escasa sea la autonomía, mayor será el impacto del estrés que perciban los niños.
Según Christiane Spitzmueller, son las empresas las que han de actuar. “Los directivos y los superiores jerárquicos pueden formarse para trabajar e interactuar más eficazmente con sus empleados y fomentar un mayor sentido de autonomía en ellos”, explica Spitzmueller.
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Recuperar la compostura antes de estar con los niños
La coatura del estudio aconseja también a los padres que se dediquen algunos minutos para ellos mismos entre el final de la jornada laboral y el regreso a la vida en familia.
Para “recuperar la compostura” y reconstituirse, Spitzmueller propone un momento de meditación y de reconexión con uno mismo y para recentrarse en los elementos realmente esenciales de la vida. ¡Nada mejor para recargar las pilas y disfrutar de verdad del resto del día en familia!
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