Son muchas las cosas que ocurren estos días en la vida de los jóvenes. ¿Te los quieres perder?
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
1. La colaboración interreligiosa
La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebra en Panamá en esta ocasión tiene un matiz de colaboración interreligiosa histórica que ha sorprendido a muchos, sin embargo no se trata de un evento coyuntural, es una convivencia que data desde hace más de medio siglo.
En Panamá líderes religiosos judíos, musulmanes y otras denominaciones religiosas se han unido para colaborar con la realización de la JMJ 2019, creando un precedente en la más grande actividad que reúne a todos los jóvenes católicos de todo el mundo.
Durante la JMJ la comunidad judía de Panamá alberga en sus instalaciones a 49 peregrinos polacos, y la comunidad musulmana aloja 500 peregrinos; además de las donaciones de alimentos que han aportado.
“Esta es un enlace que lleva muchos años, lo que se ve hoy en día y que se ha hecho visible es el producto de un trabajo largo que inicia en la segunda mitad del siglo pasado, y esto permitió relaciones de afecto y respeto en donde aprendemos que más allá de nuestras diferencias, podemos trabajar en beneficio de la sociedad común y en beneficio de los valores que compartimos”, explicó en conferencia de prensa, este 23 de enero 2019, el rabino Gustavo Kraselnik, de la Congregación Kol Shearith Israel.
2. La confesión, centro para los jóvenes
Entre los pasos propuestos a los peregrinos se encuentra vivir el sacramento de la reconciliación.
Tienen a su disposición el “Parque del Perdón” dedicado al Sacramento de la Reconciliación, en el Parque Omar, el jardín urbano más grande de la capital. Hay 250 confesionarios en los colores oficiales del evento que fueron hechos por prisioneros de las prisiones de La Joya y Nueva Joya e instalados en este vasto espacio.
El lugar fue rápidamente adoptado por cientos de jóvenes ansiosos por vivir el sacramento de la reconciliación. La larga cola antes de los confesionarios del martes lo atestigua. Los peregrinos pueden recibir el Sacramento en los cinco idiomas oficiales de la JMJ, incluido el francés y en lengua de signos.
3. Unión de culturas, devociones y culturas
Como no podía ser de otra manera en esta Fiesta de la Juventud cada uno ofrece lo mejor que tiene. Se podrán ver banderas de cada uno de los países, canciones, compartir tradiciones, cultura e incluso comida y bebida (el mate será algo siempre presente).
También se comparten las devociones. La Virgen de Guadalupe estará en la JMJ, pero también Santa María la Antigua, Luján, Caacupé, Coromoto, etc, etc…
4. La solidaridad de los jóvenes
Ya se ha convertido en una de las primeras imágenes que nos deja el viaje del Papa. Una serie de jóvenes ayudan a un compañero en silla de ruedas para que pueda ver pasar al Papa. Es sólo una de tantas imágenes que se darán estos días.
Jóvenes que se ayudan entre sí. No hay barreras, no hay impedimentos, no hay muros ni hay idiomas. El lenguaje de los jóvenes es el de la solidaridad
5. Nadie queda excluido
Jóvenes indígenas católicos de doce países, representando a cuarenta pueblos originarios, rescataron la memoria viva de sus pueblos, la importancia de vivir en armonía con la Madre tierra y ser protagonistas en la construcción del otro mundo posible. Los jóvenes indígenas tienen un protagonismo especial.
Tras recibir el mensaje del Papa Francisco al inicio del EMJI donde invita a la juventud indígena a “hacerse cargo de las raíces, porque de las raíces viene la fuerza que los va a hacer crecer, florecer y fructificar”, los jóvenes reunidos en Panamá mostraron su adhesión y alegría a las palabras del Pontífice.
Durante el EMJI 2019, no faltaron las denuncias a las numerosas violaciones a la dignidad de los pueblos originarios: invasiones y explotación de territorios originarios, gobiernos que violan las leyes de protección ciudadana, las transnacionales y los grandes proyectos económicos que violan a la Casa Común a través de la minería, deforestación, construcción de hidroeléctricas y el turismo invasivo.
“Así mismo, reconocemos con dolor que las autoridades y gobiernos, quienes deberían de cuidar a la población en general, especialmente a los más débiles, crean alianzas con poderes económicos para llevar a cabo sus intereses individuales marginando a los demás”, dicen en su comunicado final los pueblos originarios.
“A nuestra querida Iglesia, pedimos los espacios apropiados para vivir nuestras espiritualidades, desde nuestras cosmovisiones, herencias de nuestras abuelas y abuelos, y el respeto a las teologías particulares de nuestros pueblos, frutos de la síntesis entre nuestra fe ancestral y la plenitud de nuestra esperanza en la persona de Jesucristo”.
Y terminan diciendo: “¡Ha llegado el momento de vivir con alegría el rostro indígena de la Iglesia!”