El gobierno lo niega, pero reconoce preocupación por el tema del Sínodo de la Amazonía. En tanto, se cumple un nuevo aniversario del asesinato de Dorothy Stang, “El Ángel” de la Amazonía en Brasil.
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La próxima reunión de obispos en Brasil con fines preparatorios para el Sínodo de la Amazonía -previsto para el mes de octubre de 2019- quizás no sea una más. ¿Se imaginan alguna comunicación codificada o un prelado mirando de reojo a otro luego de alguna señal de sospecha?
“¿Y si hubiera algún micrófono encubierto o un informante entre nosotros?”, esbozan.
Sin lugar a dudas todas preguntas y respuestas que corresponderían más a una película de ficción al mejor estilo James Bond, el agente secreto más famoso de todos los tiempos, pero que en el fondo esconden una pisca de realidad.
Pues efectivamente, en los últimos días el trascendido de espionaje hacia la Iglesia de Brasil ha ocupado titulares de prensa y hasta han generado una respuesta contundente del gobierno a través de un comunicado.
“La Iglesia Católica no es objeto de ningún tipo de acción por parte de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN)”, se manifestó a través de un comunicado enviado por el Gabinete de Seguridad y surgió como respuesta a un reportaje del Jornal del Estado de San Pablo titulado “Planalto ve a la Iglesia católica como potencial opositora”.
De fondo, como motivo para tal acción, según indica el reportaje en cuestión, aparece el tema del Sínodo del Amazonía impulsado por el papa Francisco y cuyas conclusiones se darán en el mes de octubre en el Vaticano con la participación de obispos de todos los continentes.
Entre otras cosas, se hace referencia a la Iglesia como aliada al opositor- vinculado al expresidente ahora encarcelado Luiz Inácio Lula Da Silva- Partido de los Trabajadores (PT), y el protagonismo a la hora de asumir un liderazgo de oposición contra Bolsonaro, además de alianzas con movimientos sociales y el aprovechamiento del Sínodo para criticar al gobierno, entre otras cosas.
Pero si bien en el comunicado se niega enfáticamente tal acción de espionaje, el tema de la preocupación por los temas que allí se traten sí generan preocupación en el gobierno encabezado por Jair Bolsonaro.
“No hay críticas genéricas a la Iglesia católica. Existe la preocupación del Ministro de Estado, Jefe del Estado Gabinete de Seguridad Institucional con algunos puntos de la pauta del Sínodo sobre la Amazonia que tendrá lugar Vaticano, en octubre de este año”, prosigue el comunicado haciendo referencia al ministro Augusto Heleno, quien ha dejado entrever esta preocupación y ocupara antes de ser secretario de Estado el Comando Militar de la Amazonía en Brasil.
Es por esto que, según la investigación en cuestión, el gobierno puso en marcha una acción para neutralizar los efectos negativos que tendría el encuentro sobre la Amazonía en octubre.
Efectivamente, entre en la agenda del Sínodo el tema de las amenazas a la Amazonía a través de la deforestación, así como a la minería ilegal y la situación de los pueblos originarios forman parte de los ejes principales.
“Parte de los temas de dicho evento tratan de aspectos que afectan, en cierto modo, a la soberanía nacional. Reiteramos el entendimiento del GSI (Gabinete de Seguridad Institucional) de que corresponde a Brasil cuidar de la Amazonia brasileña”, reconoce sin tapujos el gobierno a través del comunicado, siendo claro en asegurar que de alguna manera la discusión sobre la Amazonía representa más una “piedra en el zapato” para los intereses nacionales, que una oportunidad para esa zona de la “casa común” y sus habitantes.
La Amazonía y su gente: Ver imágenes aquí (hacer click)
¿Qué dice la Iglesia en Brasil?
Por su parte, de momento, la Iglesia en Brasil no se ha pronunciado acerca de estos pronunciamientos y sospechas de espionaje. A través de un comunicado difundido este 11 de febrero, Leonardo Steiner, secretario general de CNBB, se limitó a expresarse sobre el Sínodo y su misión:
“El Sínodo de los Obispos para la Pan-Amazonia es una iniciativa para que la Iglesia comprenda su misión evangelizadora en aquella región del mundo: ‘es un evento, una celebración de la Iglesia y la Iglesia’”.
“De la Iglesia para la Iglesia involucra toda la cuestión de la Pan-Amazonia: los pueblos, el medio ambiente. Toda esta realidad, seguramente será abordada. El Santo Padre, sin embargo, desea que encontremos nuevos caminos para la evangelización, para la Pan-Amazonia”, agregó. (Ver mensaje completo aquí).
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Mientras todo esto acontece, este 12 de febrero no es un día más para los defensores de la “casa común” y los misioneros en Brasil, pues se cumplen 14 años de la muerte de Dorothy Stang, una monja misionera de origen estadounidense que fue asesinada a balazos por defender la Amazonía en Brasil.
En aquel entonces, la hermana Dorothy caminaba junto a una campesina colaboradora leyendo la Biblia mientras se dirigían a una reunión del Proyecto de Desarrollo Sostenible La Esperanza.
Durante el trayecto dos terratenientes locales la asaltaron y la amenazaron, ante lo cual Dorothy alzó la Biblia en señal de gesto de paz. En ese momento uno de ellos sacó una pistola y le disparó un tiro. La acompañante salió corriendo mientras escuchaba otros cinco balazos que se descargaban sobre Dorothy.
La religiosa, que pertenecía la Congregación de Notre Dame, trabajó durante más de 20 años dedicada a la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), con especial predilección por la vida de los trabajadores del campo, principalmente en la región Transamazónica del estado de Pará.
También se dedicó a la evangelización en Anapú en la parroquia del Estado amazónico brasileño de Pará.
Entre su labor más destacada se menciona la promoción del desarrollo comunitario y su defensa de la selva contra la desforestación y la aniquilación de la comunidad amazónica.
No en vano, se ganó el título de “Ángel” y su voz sigue resonando con fuerza también en quienes de alguna manera están trabajando y preparando un Sínodo único y sin precedentes.
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