Cómo educar emocionalmente a los hijos para garantizarles una sana autoestima y un correcto desarrollo con el que logren ser autónomos
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Los padres siempre queremos que nuestros hijos sean felices. Para ello tenemos que tener cubiertas necesidades básicas como su alimentación, su higiene o su descanso. Pero también nuestros hijos tienen necesidades afectivas que hemos de atender.
Un hijo necesita experimentar el afecto de sus padres que les dará la autoestima y la seguridad necesaria para alcanzar con el paso de los años su autonomía personal. Dar al niño el afecto que necesita no significa ser excesivamente tolerante con él ni sobreprotegerle. El niño puede sentirse querido a pesar de que se le reprenda cuando es necesario, si nota que esto se hace con cariño y rigidez a la vez.
Por otra parte, es importante premiar sus logros, esfuerzos y conductas correctas. De esta maneras reforzaremos la buena actitud del niño sin dejar de sancionar aquellas que pueden ser nocivas para su desarrollo psicológico y social.
En esta galería encontrarás 6 maneras de amar a los hijos para que sean felices
1. Decirle que le queremos
Es importante que todos los días busquemos un momento para decirle a nuestro hijo que le queremos y que sienta que estamos pendiente de él. No solo tenemos que pensarlo sino también tenemos que verbalizarlo. Saber que su familia le quiere y le apoya es básico para reforzar su autoestima.
2. Tiempo en cantidad
No solo hay estar cerca de ellos todos los días sino que tenemos que dedicarles nuestro tiempo cuando nos piden ayuda o cuando quieren jugar con nosotros. El tiempo de calidad no puede sustituir nunca al tiempo en cantidad.
3. Ayudarles a gestionar sus emociones
Nuestros hijos tienen que aprender desde pequeños a aprender a gestionar sus emociones. Normalmente lo suelen conseguir cuando siguen el ejemplo de sus padres. Tenemos que comprender sus reacciones, sus miedos, sus problemas y sus afectos. Además debemos dar ejemplo con nuestra reacción ante los obstáculos y dificultades. No podemos pretender que nuestro hijo no se enfade si nosotros lo hacemos ante el primer problema.
4. Establecer límites y normas en casa
Los niños necesitan desde pequeños conocer los límites y las normas. Tienen que saber que no pueden jugar con la tablet cuatro horas seguidas o comer con la televisión. Necesitan saber hasta dónde pueden llegar y cuál es su papel en la familia. Desde pequeños deben tener pequeñas obligaciones en la familia como ordenar su habitación o poner la mesa. Los límites son importantes para su desarrollo y para la convivencia familiar.
5. Un padre siempre es un padre
Es importante que nuestros hijos nos vean como padres y madres. No somos sus amigos y menos sus criados. Tienen que saber que no estamos a su entera disposición y tampoco somos sus compañeros del colegio.
6. Siempre refuerzo positivo
Otra de nuestras funciones es apoyar siempre a nuestros hijos. Tenemos que valorar los esfuerzos que hacen en su vida diaria y decírselo. No solo les tenemos que recriminar lo malo sino también comentarles lo que han hecho bien. El apoyo de la familia es fundamental para su desarrollo como personas responsables.
Las necesidades afectivas de nuestros hijos son tan importantes como la alimentación o la higiene y pueden afectar a su salud mental. Las madres y los padres somos piezas fundamentales en esta seguridad afectiva en su infancia y en su adolescencia.