Los niños frente a las pantalla consumen gran cantidad de publicidad de productos de baja calidad nutricional
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
La tecnología forma parte de nuestras vidas principalmente las pantallas, televisores, tabletas y ni qué hablar de los teléfonos inteligentes. ¡Su uso ya no es exclusivo de los adultos. Muchos podríamos decir que los más pequeños de la casa ya lo manejan mejor que nosotros.
Está claro que nos permiten estar informados las 24 horas del día en cualquier lugar. Gracias a la tecnología podemos estar en permanente contacto con nuestros seres queridos aunque estén muy lejos y nos facilitan el trabajo a la hora de hacer gestiones y organizar nuestro día a día. Pero, cuidado, que no todo son ventajas.
Uno de los peligros a los que nos enfrentamos los padres de hoy tiene que ver con la sobreexposición de los pequeños a las pantallas. Son muchos los niños que pasan horas y horas frente a un dispositivo electrónico viendo dibujos animados a través de YouTube o jugando a algún videojuego.
¿Controlamos realmente el contenido que consumen nuestros hijos? Si un día nos sentamos con ellos podremos comprobar la ingente cartidad de publicidad que se les ofrece y si nos fijamos, muchos de los anuncios promocionan productos alimentarios de baja calidad nutricional (galletas, bebidas azucaradas, golosinas, postres lácteos azucarados, chocolates, productos de cadenas de comidas rápidas, entre otros).
No es un tema de preocupación reciente, ya hace varios años que se está estudiando al respecto, pero el sobrepeso y la obesidad infantil está creciendo a pasos agigantados a nivel mundial y sin embargo en la mayoría de los países de nuestro entorno es escasa la regulación de este tipo de publicidad.
¿Por qué nos preocupa la publicidad?
Se ha demostrado que la publicidad influye en las preferencias alimentarias, en las solicitudes de compra y en las pautas de consumo de los niños. También se le asocia al consumo de alimentos de alto valor calórico y de elevado contenido de grasas saturadas, sodio y azúcares. Por consiguiente, fomenta a una mayor prevalencia de niños con sobrepeso y obesidad.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) enfatiza que los niños son un público “especialmente vulnerable y sin un criterio formado” para responder racionalmente a determinados estímulos del marketing de alimentos.
Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en colaboración con la Escuela Nacional de Salud del Instituto de Salud Carlos III realizó un estudio sobre publicidad dirigida a niños. En esta investigación se analizaron 54 horas de emisión durante una semana, de 6:00 a 24:00 horas, de los principales canales infantiles y juveniles, así como de los generalistas con mayores índices de audiencia infantil. Los resultados mostraron que el 77% de la publicidad que los menores reciben está relacionada con alimentos poco saludables y que no cumplen los limites recomendados por la OMS, y que por tanto no podrían anunciarse ni dirigirse a niños de ninguna manera.
Te puede interesar:
Papá, mamá, quiero ser youtuber
Las empresas de alimentos emplean distintas técnicas para captar la atención de los niños, como anuncios llamativos, con personajes famosos, regalos con la compra del producto y, desde hace un tiempo, eligen como protagonistas a los propios niños. Muchos de ellos son youtubers, niños que tienen sus propios canales en YouTube donde muestran cómo juegan con una infinita variedad de juguetes de todo tipo o consumen alimentos poco saludables como huevos de chocolate, gominolas, grageas de chocolate y otros productos de distintas cadenas de comidas rápidas o grandes empresas de alimentos dulces y de bebidas azucaradas.
Estos niños youtubers son vistos a diario por millones de niños de todas las edades, en las distintas partes del mundo, sin importar el idioma. Algunos de ellos cuentan con más de 19 millones de seguidores. Increíble, ¿verdad? Los pequeños se sienten identificados con sus iguales, e imitan las conductas de los “actores” que aparecen en la publicidad.
Te puede interesar:
¿Los youtubers influyen en nuestros hijos?
¿Qué se está haciendo al respecto?
Lamentablemente en la mayoría de los países hay una ausencia de regulaciones eficaces para los medios digitales, dejando a los niños cada vez más expuestos a técnicas de mercadotecnia persuasivas. Por otra parte, los padres desconocen el impacto perjudicial de este tipo de publicidad, porque muchas veces no ven los anuncios o no observan la actividad en internet de sus hijos, por lo que subestiman el alcance del problema y no actúan.
La OCU considera que la publicidad infantil debería regirse por unas regulaciones “estrictas y obligatorias”, pero actualmente y pese a las recomendaciones de instituciones como la OMS, no existe en muchos países europeos ni latinoamericanos. La Organización Mundial para la Salud (OMS), la Organización Panamericana para la Salud (OPS) y otras organizaciones han realizado recomendaciones para la reducción de la exposición de los niños a la publicidad de alimentos poco saludables. También han instado a empresas de alimentos y bebidas a no hacer publicidad para niños, algo que fue aceptado por las mismas, pero no lo han cumplido hasta el momento.
La oficina regional para Europa de la OMS insta a la acción inmediata para responder al creciente uso de este tipo de publicidad oculta en medios digitales.
Mientras tanto, como padres hemos de concienciarnos ante este problema del enorme poder que ejercer la publicidad sobre los niños. Estemos atentos a lo que consumen a diario, controlemos el tiempo invertido frente a las pantallas y por supuesto enseñémosles con el ejemplo buenos hábitos alimentarios en casa y en la escuela. Por el momento ésta es la mejor manera de evitar influencias publicitarias que llegan sin pedir permiso, solapadas muchas veces bajo un video de niños jugando.