Una amenaza que preocupa y que podría afectar el ecosistema de los páramos, reguladores del agua y la humedad
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Carihuairazo e Iliniza sur. Esto dos glaciares, el primero ubicado cerca de la provincia ecuatoriana de Chimborazo, y el segundo, entre Pichincha y Cotopaxi, merecen por estas horas mucha atención, pues en los últimos días volvieron a ser noticia.
Se trata de los dos glaciares –de los siete que tiene el país sudamericano- que se encuentran amenazados debido al cambio climático, por lo que el anuncio de la posible desaparición en los próximos años comienza a tomar cada vez más fuerza.
“Estimaciones globales apuntan a un incremento de la temperatura de 1,5 grados y se estima que el patrón no cambie en los próximos 12 años”, señaló Estefanía Ávalos, subsecretaria de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente de Ecuador (MAE), en diálogo con EFE.
Pero quien va más allá con su pronóstico es el experto Bolívar Cáceres, del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), para quien la “amenaza es inminente”.
Según este experto, el glaciar más comprometido es el Carihuairazo, pues “el 96% de su superficie glaciar se ha derretido”, por lo que la proyección en cuanto a su desaparición es de apenas cinco años.
En el caso de los Ilinizas no se tiene tanta certeza exacta en cuanto a la proyección, pero su deshielo también ha sido notorio.
De todos modos, el experto también señala que es difícil hacer un pronóstico certero en cuanto al futuro general de los glaciares debido a que las “condiciones climáticas son aleatorias”, prosigue el reportaje de EFE verde difundido en los últimos días.
¿Qué implica la pérdida de estos glaciares?
Una de las principales preocupaciones de los efectos del deshielo tiene que ver con su rol a nivel de ecosistemas. Precisamente, los glaciares actúan como reguladores hídricos, algo que termina incidiendo de forma notoria en ecosistemas como páramos, además de todo lo vinculado a la flora y fauna cercana.
De esta manera, lo que sucede con estos dos glaciares representa un nuevo llamado de atención y la necesidad de una rápida acción para contrarrestar con la mayor cantidad de herramientas posibles los efectos del cambio climáticos.
La mano del hombre ha favorecido al calentamiento global, ahora su propia mano debe asumir responsabilidades. Es la hora de que escuche el clamor de la Creación y otra vez vuelva a ser custodio y protagonista, tal cual exhorta el papa Francisco en su encíclica sobre la “casa común” Laudato Sí. Lo que sucede con estos glaciares es apenas un eslabón más de todos los desafíos que tiene por delante América Latina a la luz de esta particular encíclica.
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Con información en base a EFE Verde