Las nuevas tecnologías crearán 133 millones de empleos hasta el 2022 pero van a perderse 76 millones de empleos
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La rapidez con que van a cambiar los trabajos en los próximos años ha sido puesta de relieve en numerosas reuniones internacionales especializadas a lo largo del mundo. La más significativa, a nivel mundial, es la del World Economic Forum (WEF). El cambio significa que el hombre va a ser sustituido por robots, inteligencias artificiales, y tecnologías muy automatizadas en muchos trabajos. Se calcula que de aquí al 2022 afectará a 76 millones de trabajadores en el mundo, aunque al mismo tiempo se generarán 133 millones de empleos relacionados con las tecnologías antes mencionadas.
En concreto (ver cuadro adjunto) mientras en 2018 los trabajos eran realizados por el hombre en un 71 por ciento (29 por ciento las máquinas o algoritmos) este porcentaje pasará en el año 2025 al 48 por ciento el hombre y el 52 por ciento las máquinas o algoritmos. “Incluso las tareas de trabajo realizadas de forma abrumadora por el ser humano en la actualidad (comunicación, interacción, coordinación, gestión y asesoramiento) comenzarán a ser asumidas por las máquinas, aunque en menor medida”, dice el informe del WEF.
He aquí el “Informe sobre el futuro del empleo” del WEF en el que se analizan las tendencias esperadas en el período 2018-2022 en 20 economías y 12 sectores industriales, hecho público en febrero de 2019.
Los nuevos trabajos emergentes (+133 millones de empleos) serán, en 2022:
1.- Analistas de datos y científicos
2.- Especialistas en aprendizaje automático,
3.- Gerentes generales y de operaciones,
4.- Desarrolladores y analistas de software y aplicaciones,
5.- Profesionales de ventas y marketing,
6.- Especialistas en big data,
7.- Liderazgo e influencia social,
8.- Especialistas en nuevas tecnologías.
9.- Razonamiento, resolución de problemas y aportación de ideas y trabajo en equipo,
10.- servicios de tecnología de la información.
También serán importantes aquellos trabajos que requieran rasgos completamente humanos, como la cultura, el servicio al cliente, profesionales de ventas y responsables de innovación.
Los trabajos que decaerán (76 millones) serán:
1.- Empleados para la introducción de datos,
2.- Contables y transportistas,
3.- Secretarias administrativas y ejecutivas,
4.- Trabajadores de montaje y almacén,
5.- Trabajadores de información y servicio al cliente,
6.- Responsables de administración y servicios empresariales,
7.- Trabajos de Memoria, habilidades verbales, auditivas y especiales,
8.- Personal de registro de material y almacenamiento,
9.-Auditores contables y
10.- Trabajadores de correos y servicios postales.
Esto no quiere decir que desaparezcan estos puestos de trabajo, sino que serán reducidos a un 48 por ciento en 2025 (bajarán 25 puntos porcentuales sobre 2018).
En el futuro “todos necesitaremos convertirnos en aprendices de por vida” y, en general, los empleados y dirigentes de empresa necesitarán 101 días de reentrenamiento y capacitación hasta 2022, dice el informe de WEC. “Es probable que entre la mitad y dos tercios de las empresas recurran a contratar externos, personal temporal y trabajadores independientes para abordar sus necesarias habilidades” para el trabajo. Y ello necesitará de un “enfoque integral” para la preparación del personal.
En los distintos países se pone de relieve la adaptación de la enseñanza a los niños y adolescentes a las exigencias de los nuevos puestos de trabajo, de modo que no ocurra como hoy que más de la mitad de las empresas no encuentra las capacidades antes señaladas en los titulados universitarios.
Las empresas requieren adaptabilidad de los trabajadores
Según otro informe del IESE (Instituto de Estudios de la Empresas, de la Universidad de Navarra), dirigido por el profesor Jordi Canals, un 87% de las empresas participantes en el estudio realizado en España, considera importante que las empresas tengan un papel más activo en la definición de los conocimientos, capacidades y actitudes necesarios, y su traslación a los planes de formación de los centros educativos, y muestran su disposición para colaborar más aún en esta tarea.
Se necesita más colaboración entre administración (gobierno), empresas y universidades. El impulso de la formación con prácticas en las empresas genera un enorme beneficio para los jóvenes, mejora su empleabilidad futura y contribuye a reducir problemas sociales enormes como el desempleo o la exclusión social. Un 68% de las empresas encuestadas detectan una importante brecha de conocimientos en tecnología y digitalización, en el caso de los graduados universitarios.
