“Ahora están aquí, en mi muro, como hermanas y hermanos, agregados en mi ruta virtual. Te los confío, Señor, uno por uno…”
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Quizás todos esos amigos que tenemos en nuestra cuenta de Facebook no estén allí por casualidad. Los conocidos, los no conocidos, los que están cerca, los que están al otro lado del mundo,… Muchas veces habrán necesitado una palabra de apoyo, otras veces fuimos nosotros los que necesitábamos un consejo, o quizás compañía. Y muchas veces se comportaron como “verdaderos amigos”. Por eso hoy quiero dedicar a todos ellos esta oración:
En este rincón del mundo digital, Señor, hay cientos de nombres
pegados a las paredes de un “muro”
que existe solo en la pantalla y en mi imaginación.
Yo los llamo “amigos”, pero a muchos de ellos los conozco muy poco,
a otros solo de vista, otros son poco más que rostros…
A alguno nunca lo conocí, otro vive al otro lado del mundo.
Con alguno comparto mucho, con otros poco o nada.
A algunos los elegí. Otros me han elegido.
Y ahora están aquí, en mi muro,
como hermanas y hermanos, agregados en mi ruta virtual.
Te los confío, Señor, uno por uno.
Te confío sus esperanzas, sus miedos, sus proyectos de felicidad.
Hazme, para ellos, imagen -aun desvanecida- de tu amor paciente y misericordioso.
Hazme verdadero amigo, dispuesto a escuchar,
a compartir, a estar.
Te agradezco Señor, por estos encuentros
que quizás no sean tan casuales.
Sin embargo, Señor, te pido que no dejes que me ahogue
en este mar de falsa compañía.
Despierta en mí el deseo de salir ahí fuera,
de escuchar voces reales, abrazar a personas auténticas
hacer amistades verdaderas.
Amén.
Fuente: Una preghiera al giorno toglie il diavolo di torno, Centro Missionario Francescano