Da la bienvenida a la primavera, es sencilla de cultivar en casa y su color y perfume son extraordinarios.
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Es sencilla, pero de gran belleza y nos acompaña en una temporada en que la Naturaleza no se prodiga en flores. Nos referimos al narciso.
Se trata de una flor que más bien se presenta en tamaño pequeño. Nace de un bulbo, pero así como el tulipán (otra bulbácea) requiere mucho tiempo y cuidados, el narciso es más sencillo y se atreve a florecer a finales de invierno.
Suele ser amarilla o blanca. Desprende un perfume intenso y particular, lo que la hace muy querida en el sector de la perfumería.
Su nombre se debe al mito griego de Narciso, aquel personaje bello que despreció a la ninfa Eco. Némesis, la diosa de la venganza, le infligió un castigo: un día se vio reflejado en las aguas de un lago y se encontró tan bello que no dejaba de mirarse. Hasta tal punto que falleció por no alimentarse. Las flores que se llaman narcisos suelen ser de tallo verde alto y erguido, pero en cambio la flor no mira hacia arriba sino hacia el lado o hacia abajo (como asomándose a las aguas de un lago).
El narciso es, sorprendentemente, la única flor del mundo que sirve como sistema de pago. Resulta que en el Reino Unido, las islas de Scilly (al suroeste) tienen como tradición el pago al príncipe de Gales por las rentas de las tierras que ocupan los granjeros. Este pago se salda con un solo narciso, que se entrega anualmente.
Así, en las últimas décadas ha sido Carlos de Inglaterra quien ha “cobrado” el narciso de las Scilly como pago anual.
Cómo cultivar narcisos en casa
Es muy fácil. Una vez disponemos de bulbos, plantarlos en maceta o suelo de jardín. Regarlos un par de veces por semana o cuando veamos que la tierra está seca. Son flores que no requieren cuidados especiales y soportan bien las temperaturas bajas hasta 0º.
El narciso florece al final del invierno y (si es un año especialmente caluroso) al comienzo de la primavera, cuando la temperatura llega a los 22º.
Cuando la flor se marchite, retírala y saca también las hojas. Puedes dejar el resto plantado y a esperar al año que viene, porque volverá a florecer.